Una de los sectores que en los últimos años ha estado en la atención de la ciudadanía es el sector eléctrico. La crisis que atraviesa el país ha golpeado de especial manera esta área, que repercute directamente en la vida cotidiana. Pero la Empresa Eléctrica de La Habana no se queda de brazos cruzados, y aunque a veces la desesperación hace desear que su trabajo se refleje de inmediato, lo cierto es que sus casi cuatro mil trabajadores no ponen peros en tratar de dar un mejor servicio.

Para analizar la gestión del 3er trimestre se realizó el Balance de Trabajo de esta entidad. Todas las direcciones y las empresas municipales rindieron cuentas de su labor, siempre en aras de asegurar la vitalidad del servicio y satisfacer las necesidades crecientes del pueblo.

Uno de los logros más significativos fue la no ocurrencia de accidentes laborales fatales. En una esfera que suele trabajar bajo situaciones de alto riesgo, esto es resaltable. Porque si algo se nota al llegar a este centro es la atención al trabajador, y el celo que ponen para lograr un ambiente de trabajo agradable, a la par que seguro. Y en este mismo sentido, han logrado aumentar el salario medio y el pago de estímulos, que ha hecho disminuir la fluctuación laboral, pero que aún no impide que exista un déficit de linieros.

Los apagones siguen siendo el punto negativo, más cuando se ha aumentado un 10% el tiempo de interrupción, aunque actualmente se encuentra en mejor situación que varios meses atrás (este jueves en la noche no había interrupción por falta de generación). Pero ante esto, se impone el ahorro y la solución con recursos propios, como el Taller de transformadores, donde mensualmente se reparan más de 100 de estos equipos. También la comunicación directa, donde son un ejemplo para otras entidades, y la presencia de los principales jefes en los lugares con afectaciones graves.

Según Mario Castillo, director general de la Empresa, hay cuatro líneas fundamentales en las que han trabajado. Estas son: el enfrentamiento a todas las manifestaciones de corrupción e ilegalidades, elevar la cultura y la disciplina tecnológica, el desarrollo de la infraestructura, y la atención a los trabajadores.

La Empresa Eléctrica no escapa de la situación del país, y por su propia naturaleza, cualquier situación ahí afecta directa e inmediatamente la vida de la ciudadanía. Pero su vocación de trabajo lucha por sobreponerse.

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