Lo que nunca fue basura

Tras superar los tropiezos con los formularios de inscripción en la plataforma de nuevos actores -incluida la
entrega de copias impresas de los documentos digitales alojados en la página a cada una de las entidades que integran el proceso-, y otros trámites; surgió en diciembre de 2022 la Mipyme estatal RECEL S.U.R.L. (Reciclaje Electrónico), que tiene como socio a la empresa Copextel.

Su creación estaba más que justificada. Según explica Ricardo Espinosa Llanes, su administrador, datos oficiales indican que en Cuba se producen anualmente unas 400 toneladas de chatarra electrónica, de las cuales se recicla apenas el 10 %, mientras el resto, termina en la basura. Hasta ahora, se ha hecho la recolección, sin clasificación y se exporta, no se recuperan partes y piezas y muchos dispositivos no pueden remanufacturarse.

Desde un inicio, explicó, propusieron que fuera un proyecto basado en la economía circular y el ciclo de vida. En el caso de los equipos electrónicos, cuando estos “mueren”, ya sea por obsolescencia tecnológica o daños físicos o electrónicos, se reciclan los recursos utilizados en su fabricación.

La reparación es un elemento más, pues está también la remanufacturación y la obtención de materias primas, que van de nuevo a la industria, aclaró.

EL QUÉ

La actualización de normas del Ministerio de Industrias acerca del reciclaje, los facultó -entre otras seis entidades-, para emitir dictámenes que posibilitarán dar baja técnica de dispositivos eléctricos y  electrónicos y que, como empresa de materias primas, fueran también el destino final de esos equipos, con la intención de recuperar partes y piezas, con destino a la comercialización y a los talleres de servicios
técnicos. En diciembre recibieron un antiguo local de Copextel en la Calzada del Cerro. La reparación concluyó en febrero.

La operación comenzó en marzo. Desde entonces, señala Neivis Rivas, directora comercial, han recolectado 4 332 equipos, de ellos, han recuperado 645 y remanufacturado 290 y procesado el resto. Hasta el momento, los mayores volúmenes provienen del Banco Metropolitano han trabajado parte de las más de 200
sucursales-, también en Copextel y Cubatur, entre otros.

EL CÓMO

Son varias las áreas de trabajo y de almacén, donde se procede al despiece de equipos y la clasificación de las partes, piezas y componentes, según su destino. En el área de despiece reina la limpieza y el orden, aunque trabajemos con basura, no puede estar sucio y lo limpiamos entre todos. Acopian de todo: monitores, fuentes, teclados, televisores, mouse fotocopiadoras e impresoras. Han entregado carcasas plásticas y acero a la Empresa de Materias Primas, este último, con destino a Antillana de Acero.

Recoger numerosos equipos les “permite hacer una línea de despiece, rescatas lo que te sea de interés y separas lo que se puedan remanufacturar con partes y piezas del reciclaje, pues el objeto social especifica no usar piezas importadas”, señaló Espinosa.

Como parte de la diversificación, la adquisición de una trituradora, hasta ahora en desuso en otro lugar, permitirá triturar un plástico específico (ABS) empleado en dispositivos electrónicos, con demanda en la fabricación de ecomadera y por el que se obtendrá mejor precio que de entregarlo entero, explicó.

UNA RIQUEZA QUE SE BOTABA

En los estantes están clasificados los recursos: discos duros, placas de motherboard, hasta los cables y tornillos. Unos irán a la exportación, mediante Copextel, otros tomarán los caminos más insospechados.
Ahí entran a jugar la creatividad y los encadenamientos.

Ricardo explica la magia. Para los transformadores de un tiempo de fuentes, buscaron una forma de emplearlo que no fuera para exportar chatarra o fundirlo en Antillana: la mipyme ENIMO logró adaptarlos para las camas de salones de operaciones, con lo que se sustituyen importaciones.

Desarmar una fuente genera un cable, interruptores y otras piezas, qué faltaría entonces para una extensión, una cajita, para la que diseñaron un prototipo. Por otra parte, los cables recuperados, los venden a enimo, con los que sustituyen los dañados en el sector de la salud. Y no se bota nada. Eso hay que hacerlo
con cada uno de los equipos, consideró.

Otra iniciativa une a RECEL con Midas, la fábrica de resistencias eléctricas, hoy también mipyme estatal, para un cargador y un desulfatador de baterías que llevan elementos que se extraen de placas recicladas. Igualmente, rescatan discos duros que, vendidos a Copextel, se emplean en los servicios técnicos o arman máquinas con todos los componentes reciclados. Otro ejemplo son las memorias a las cuales, el fabricante
original pone fecha de caducidad, y que pueden algunos nuevos actores económicos garantizarles una nueva vida.

En fase de prueba en la Mipyme de Copextel de Villa Clara, se encuentra un cargador múltiple de bicicletas eléctricas que monitorea la carga y que al detectar alguna anomalía la saca del sistema, que emplean un transformador pequeño de back up al que hasta ahora no se le había encontrado uso. Algunos de los elementos que se recuperan, por ejemplo, de televisores, las personas ni siquiera imaginan que los tienen dentro.

NOTA COHERENTE

En coherencia con el medio ambiente, la Mipyme RECEL instaló sobre la cubierta ocho paneles solares que desde junio pasado les permiten generar electricidad propia, además de evitar los apagones. Por otra parte, como Mipyme estatal, llevan adelante controles de todos los procesos y actividades, según sostuvo Margarita Ríos Rodríguez, económica, quien como el resto del reducido colectivo de cinco personas, también participa en labores de despiece y limpieza.

PERSPECTIVAS

Según Espinosa, entre las perspectivas de 2023 están duplicar el número de trabajadores -cinco actualmente- y superar los cuatro millones de pesos de los 2,8 millones planificados, en tanto en 2024 proyectan incrementar un 35%, estas ganancias; mientras proyectan abrir un frente de proyectos de economía circular y energía renovable. Otro de los cambios será el traslado hacia un local, en el municipio de Boyeros, de mayor capacidad, que les permitirá hacer algunas operaciones (hoy imposibles por el espacio), a lo que se suma la adquisición de medios de transportes para esas funciones.

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