Por estos días, Rosalba Aguilar la O anda envuelta por un manto de singularidades que, según me ha confesado, al orgullo le han puesto alas y le alimentan los compromisos.
“Hace apenas unas horas –el miércoles último- fui elegida delegada directa a la II Conferencia Nacional de la Federación de la Enseñanza Media (FEEM), por la capital. Resulté ser la novena y última, de quienes integrarán la delegación habanera a tan trascendental cita, a efectuarse en septiembre”.
Aunque ella no lo dice, tal cual se infiere, le tocó cerrar el pelotón (élite) de la avanzada; razón más que suficiente, sin dudas, para acelerar el ritmo cardiaco y poner brillo superlativo en los ojos de cualquier joven sensato de estos tiempos en Cuba. Pero Rosalba, ahora mismo, también le acompaña otras motivaciones de mucho peso.
“El domingo 26 de marzo (hoy) votaré, por primera vez, en unos comicios generales, “…una responsabilidad trascendental. Nunca antes me había presentado a las urnas con el derecho a elegir a quienes integrarán, por mi demarcación, el Parlamento, el máximo órgano del gobierno en la Isla. Es un acto trascendental, y daré un sí por mis vecinos, los cubanos, pero sobre todo, la Revolución”.
Para Rosalba no constituye una decisión difícil. Más lo son los entrenamientos y las competencias que enfrenta en su condición de estudiante-deportista, en la Escuela Superior de Formación de Atletas de Alto Rendimiento (ESFAAR) Cerro Pelado, de Boyeros, en la especialidad de tenis de mesa.
“Marcar y depositar la boleta entraña responsabilidad, pero no porque uno pueda equivocarse y termine por elegir a la persona equivocada. Se sabe, todos los candidatos son buenos, todo mérito y capacidad. Y no se trata de este o aquel, se puede y debemos darles a todos nuestra aprobación. Y en eso radica la esencia de la cuestión: Apostar a lo sustancial e inclinarnos por el voto unido”.
En el caso particular de quien es también la presidenta de la FEEM en la ESFAAR, hay otro móvil de peso para hacer que su voto cuente a favor de la patria amada.
“De cierta manera estoy conectada con uno de los acontecimientos más trascendentales de nuestra historia. Llegué a esta Isla rebelde, noble y solidaria, el 24 de febrero de 2005, justo al cumplirse el aniversario 128 del reinicio de la lucha por la independencia en Cuba, en una “Guerra Necesaria”, organizada por el más preclaro y universal de sus hijos. Y por cierto, en ese empeño lo apostó todo a la unidad, un factor decisivo en el éxito de cualquier contienda”.
Rosalba es dueña del don de la locuacidad. Se le da muy bien eso de hablar y convencer. Parafraseo el refrán: Hija de periodista caza ratones.
“No voy a menospreciar mi primera vez a la urnas, en elecciones generales. Mi boleta cuenta y conmigo no habrá casualidades”.

Vea también: