Fue este 13 de marzo, Día del Arquitecto en la Isla, una jornada para la reverencia y el compromiso. La Sociedad que les agrupa y la propia Unión Nacional de Arquitectos e ingenieros de la Construcción de Cuba (UNAICC), de la cual (aquella) forma parte, y en particular sus pares provinciales, les reverenciaron; ellos, los graduados del nivel superior de la especialidad en la capital, por su parte, ratificaron la decisión de esforzarse a favor del ascenso profesional sostenido, con una entrega que redunde en el bienestar social y económico, y nos devuelva una Habana cada vez más espiritual y funcionalmente habitable, armoniosa y bella.

Y mientras, en Villa Clara, sede de acto nacional por la efemérides (condición que compartiera con Santiago de Cuba), la capitalina Dra. en Ciencias, Dania González Couret -una de los dos estimulados con el Premio Vida y Obra de Arquitectura (el más alto  galardón  que otorga la UNAICC por un desempeño técnico brillante) 2023- recibía el pergamino acreditativo y los honores correspondientes; mientras acá, en la Sala Villena, de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), en las manos de otros ocho de sus coterráneos colegas, depositaban el Diploma de Profesional de Alto Nivel (PAN), también para reconocerles sus sobresalientes méritos -de largo aliento-, en el diseño y proyección de obras o la docencia, de camino a merecer el pergamino reservado a los más grandes.  Ambas distinciones se entregan anualmente.

En esta ocasión integran la lista de quienes se hicieron acreedores al PAN: los Máster, Matilde Eli Rodríguez, Ángela Niurka Martínez, Alexis Jesús Rouco Méndez; además de los Doctores Mabel Matamoros Tuma, Joiselen Cazanave Macías, Idamnis Monteagudo Rodríguez, Ruslán Muñoz Hernández y Abel Ernesto Tablada de la Torres, todos arquitectos y profesores de la Universidad Tecnológica de La Habana, José Antonio Echevarría (CUJAE), con meritoria trayectoria y resultados encomiables.

Ocho arquitectos habaneros recibieron el Diploma de Profesional de Alto Nivel (PAN). Foto: Elías Argudín Sánchez

La ceremonia de entrega de los pergaminos fue escenario propicio para rememorar el VII Congreso de la Unión Internacional de Arquitectos, evento organizado por Cuba, que tuviera lugar del 27 de septiembre al 3 de octubre de 1963, por primera vez en América Latina, con la asistencia de más de 1 300 delegados de unos 30 países de casi todos los continentes.

En el intercambio, el arquitecto Germán Bode Hernández, testigo presencial en su condición de delegado a la cita, contó que pese a los intentos de despojar a la Isla de la sede -antes e incluso todavía ya cuando estaba en pleno desarrollo-  mediante maniobras espurias organizadas desde Estados Unidos, con el argumento de que pretendíamos un encuentro para beneficios políticos particulares, el cónclave fue todo un éxito, tuvo amplia repercusión, y por sus acuerdos, resoluciones y la amplia participación popular, todavía hoy, seis décadas después le reconocen a nivel internacional, como el mejor de los efectuados hasta la fecha.

Otros participantes, presentes en el encuentro, sumaron sus voces a Bode Hernández, y asimismo hicieron referencia al Congreso Internacional entre estudiantes y profesores, de la carrera, que tuviera lugar como antesala de la cita de profesionales, también con amplia participación de alumnos y docentes, de escuelas de varias regiones del planeta.

Al calor de ambos encuentros, se organizó un amplio programa que incluyó cancelaciones de sellos, varias exposiciones, grabación y lanzamiento de discos, bailables, cenas, y quizás como lo más significativo, la edificación del Pabellón Cuba y la reanimación de la Rampa, en tiempo record (solo 72 jornadas).

Durante el acto, Leydi Méndez Torres, David Ramón Faife Baglan y Rey Alejandro Gamboa, estudiantes de la escuela primaria  Felipe Poey, de Plaza de la Revolución, fueron premiados por su participación en el Concurso Infantil 13 de Marzo, certamen que se organiza todos los años, en ocasión del aniversario del asalto al Palacio Presidencial y la toma de Radio Reloj, y caída en los enfrentamientos con los sicarios del régimen tiránico de algunos de los jóvenes revolucionarias participantes en las acciones (ese mismo día en 1957), entre ellos su líder, el entonces estudiante de la especialidad y presidente de la Federación Estudiantil Universitaria, José Antonio Echeverría.

Fueron precisamente estos acontecimientos los que revistieron de mayor notoriedad a las celebraciones por el Día del Arquitecto Cubano, instituido por acuerdo de los participantes en Asamblea Nacional del Colegio de Arquitectos de la Isla, efectuada en 1935.

La jornada incluyó también la reproducción de la locución que aquel sangriento, pero glorioso 13 de marzo, José Antonio Echevarría le dirigiera al pueblo por los micrófonos de la más noticiosa y escuchada de las emisoras cubanas, de entonces y también ahora. Como colofón fue colocada una ofrenda floral frente a la tarja que marca el lugar en el cual fuera asesinado el líder del estudiantado universitario cubano, a uno de los costados de la Universidad de La Habana.

Otras informaciones:

Voto digno