Dos pacientes fueron dados de alta este domingo en el Hospital Universitario General Calixto García, ubicado en el Vedado capitalino, donde hasta el sábado permanecían 12 ingresados, de los lesionados por el accidente ocurrido en el Hotel Saratoga.
El doctor Miguel Emilio García Rodríguez, director general del hospital, comentó que en terapia intensiva estaban siete personas, de ellas tres en estado crítico, y ventilados.

En la sala de quemados, que fue habilitada para atender a quienes recibieron diferentes traumas, permanecen ahora tres pacientes bajo vigilancia, quienes tienen lesiones maxilofaciales y que es posible reciban intervención quirúrgica correctivas.
Agregó que de los siete que están en terapia intensiva, lograron entubar a uno de los lesionados, el cual está estable, mientras los demás siguen reportados de graves y de ellos cuatro necesitarán nueva cirugía definitiva, porque la inicial que se les aplicó fue para controlar el daño.
Explicó que en un inicio llegaron al hospital 30 pacientes, de ellos cinco fallecidos y luego murió otro por las complejidades de sus numerosos traumas. A partir de allí quedaron ingresadas 24 personas, parte de las cuales fueron dadas de alta.
García Rodríguez argumentó que el trabajo es arduo por la complejidad de este tipo de accidente masivo, que requiere la presencia de muchos profesionales y especialidades, entre ellos ortopédicos, cirujanos, neurocirujanos, neurólogos, psicólogos y otros.
Señaló que la institución tiene desde el inicio todo el apoyo del Ministerio de Salud Pública (MINSAP), el Gobierno, Partido y otros organismos.
Informó que cuentan con todos los recursos para seguir atendiendo a quienes sufrieron lesiones producto de ese lamentable accidente.
Cuando llegamos al “Calixto” estaban dando el parte en una sala de reuniones a familiares de uno de los que permanecen ingresados, labor que ha sido permanente para mantenerlos informados sobre el estado de salud y los procedimientos que siguen.
Se une el apoyo de psicólogos del centro para los propios afectados y allegados, además de la atención aL personal de Salud para que pueda seguir desempeñando su función.
La cotidiana tranquilidad dominical en la enorme institución capitalina, es perturbada por el ir y venir, de médicos, técnicos, enfermeras y directivos del centro y de los niveles provincial y nacional, enfrascados en salvar vidas.
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