La teniente Ana Karla García Santana, investigadora criminalística de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) del municipio capitalino de La Habana Vieja, graduada apenas hace seis meses en la Universidad del Ministerio del Interior (MININT) Eliseo Reyes Rodríguez, es un ejemplo de constancia y superación. Ella, con su actuar, reindivindica la imagen de la mujer cubana y de la PNR.
" Cuando se habla de un policía se piensa solamente en ese que vemos cuidando en la calle o que está en una patrulla. El investigador criminalista realiza una labor diferente porque enfrenta los hechos delictivos del municipio donde trabaja", comentó la joven combatiente.
¿Cómo llegas a esta especialidad?
- Mientras cursaba el último año del Preuniversitario decidí vincularme a las filas del MININT, opté por la especialidad de Investigación Criminal porque cuando la Dirección General de la PNR hizo las captaciones simplemente me deslumbró la especialidad. No hay dudas de que el investigador criminal es una pieza fundamental en una unidad de policía.
Una vez estudiando la carrera se enamoró de su profesión. "Desde el primer momento me gustó, porque el investigador criminalista además de dirigir la exploración en el lugar de los hechos, debe trabajar de conjunto con otras especialidades que integran la guardia operativa".
Para la teniente Ana Karla pertenecer al MININT representa un sueño cumplido, ya que de una manera u otra estaba siguiendo los pasos de sus padres. Su madre, magistrada del Tribunal Supremo Popular, y su padre, teniente coronel del MININT, le inculcaron a la joven valores que la han llevado a destacarse en las labores realizadas.
" Unirme al MININT, y en particular a la PNR, fue la forma que vi de ser como ellos, de que se enorgullecieran de mí", enfatizó la entrevistada.
Ante los tiempos que corren, la premura de los días, la dificultad del trabajo policial, los estereotipos y los roles de género, se impuso preguntarle que retos se les presentan a las mujeres dentro de la PNR.
" El hecho de ser mujer, joven y policía es un reto porque a veces se piensa que las mujeres somos débiles para determinados trabajos, y nada más alejado de la realidad. Mis jefes siempre han sido mujeres. Entonces, si ellas consiguieron en tiempos más difíciles sobreponerse a esas adversidades y siguen aquí, exigiendo e incluso dirigiendo a hombres, porque en mi unidad prácticamente todos son hombres, están suprados los retos.
" Y ¿por qué yo no podría? Se ha demostrado que las mujeres somos muy buenas también en el cumplimiento de las tareas del MININT.
" También es complejo dejar, en ocasiones, a tu familia para ir y enfrentar determinadas situaciones. Hay rigor en las guardias y, sobre todo en el trabajo a realizar. Aunque ser joven significa compartir con tus amistades y en determinadas actividades recreativas, estamos conscientes de que no siempre podemos. El deber va por delante. Pero no me arrepiento de la carrera que escogí ni de dedicarle mi vida y mi juventud a la Policía."
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