De manera natural, como si hablara consigo misma, Lázara Vivian Urrutia Nápoles, la mulata corpulenta a quien hasta los gatos conocen en la comunidad La Corbata, en el municipio de Playa, afirmó rotundamente: “Cómo ha cambiado el barrio”.

Nadie como Cuquita (así le apodan) tiene autoridad para tales valoraciones. Nació y creció en este barrio, y ya va para 64 años. Lo ha visto crecer y lo ama. De recorrido por el barrio la escuché, y cuando me detuve con mirada indagatoria directo a sus ojos, remató su aseveración con otra certeza, muy suya y un tanto chovinista, tal vez, que aunque a mí me pareció un tanto exagerada, sonó sincera, sin poses ni segundas intenciones: “Hasta se me parece a El Vedado”.

Y es que quien vio (hace más o menos un par de meses atrás) y ve, no puede menos que asombrarse. La Corbata, uno de los 67 barrios de la capital con desventajas, sometidos a un proceso profundo de revitalización material y social, ha cambiado tanto en tan poco tiempo, que al menos aquí, la emblemática prenda de vestir poco a poco se despoja del traje gris y empieza a lucir un smoking más elegante.

Foto: Joyme Cuan

Así los constataron e hicieron notar Luis Antonio Torres Iríbar y Reinaldo García Zapata, primer secretario del Comité Provincial del Partido en la capital y su Gobernador, respectivamente, quienes acompañados de otras autoridades políticas y administrativas de la ciudad y el municipio donde se encuentra enclavada la comarca, llegaron hasta aquí para tomar el pulso a las transformaciones.

La gran casona hasta hace muy poco abandonada y con evidente deterioro muy avanzado, más temprano que tarde abrirá puertas como un complejo cultural recreativo, donde los vecinos de La Corbata y los barrios colindantes (hablamos de sitios apartados de la periferia) podrán disfrutar de varios salones dedicados a juegos tradicionales, playstation, realidades virtuales, y una equipada con simuladores; además de un cine con tecnología 3D, aula de robótica, área multifuncional, y servicios de gastronomía.

Foto: Joyme Cuan

En diálogo con inversionistas y trabajadores, Torres Iríbar y García Zapata sugirieron aprovechar al máximo los espacios y abrirse a otras opciones para el disfrute. Ellos le hicieron saber que por el momento han pensado en un restaurante.

Este fue el primer punto de un periplo, que también comprendió el parque y la bodega, aledaños a la instalación. El primero ya presta servicios equipados con columpios, cachumbambés y otros equipos infantiles, y cuenta asimismo con áreas para la práctica de baloncesto, futbol, y un ajedrez con superfichas, cuyo tablero está dibujado en el piso, lo cual hace de la instalación un sitio ideal para el disfrute de fiñes, jóvenes y otros que no lo sean tanto.

Foto: Joyme Cuan

La unidad comercial, en cambio, está en construcción, pero ya casi a punto. Cuenta con todas las facilidades para las prestaciones tradicionales de este tipo de instalación, e incluso un área techada con bancos, a disposición de quienes esperen.

Las autoridades capitalinas, en su recorrido visitaron alrededor de una veintena de las 106 viviendas que, o bien se construyen, reparan o ya concluyeron algunas de estas acciones. El propósito es llegar a 300 en el mes de mayo, en lo que constituye una de las intervenciones con mayor acogida por parte de los vecinos, entre quienes, no pocos, decidieron incorporarse a tales labores voluntariamente, de manera ocasional o en calidad de contratados.

Foto: Joyme Cuan

Torres Iríbar y García Zapata se pusieron al corriente de otros emprendimientos locales. Hablamos de un proyecto del Fondo Cubano de Bienes Culturales, bajo el liderazgo de actores económicos no estatales, a fin de producir vasos, cucharas, absorbentes y termopack, a partir de materiales biodegradables y a muy bajo costo, artículos que serán puestos a disposición del complejo cultural recreativo y los centros gastronómicos de La Corbata, y otras entidades interesadas.

Cuando arranque esta mini industria, ahora en fase de puesta en marcha, significará unos 15 nuevos puestos de trabajo para los “corbatenses”.

Y como no se trata de un simple golpe de efecto, limitado a colorete y pintura de labios, también el parque wifi, corazón donde late la vida de este núcleo poblacional, va de camino a convertirse en el boulevard comunitario, con los alrededor de 15 quioscos, que con todas las de la ley, en sus predios construyen.

Foto: Joyme Cuan

Las Canteras

La jornada incluyó también una visita a Las Canteras, otra de las comunidades de Playa, otrora desatendida en alguna medida, pero que ahora disfruta el revolucionario azote de un huracán, que para bien, impacta su geografía.

Y más pronto de los que algunos creen, servicios básicos como la bodega, farmacia, tiendas… dejarán de ser un sueño lejano. Lo prueba una amplísima edificación que les dará albergue y ya anda casi a nivel de arquitrabe como también lo están siete u ocho viviendas, que en sus alrededores crecen para beneficiar a igual número de familias, cuyos techos no cumplían los requisitos para ser legalizados. Otros muchos sí, cuyos moradores ya tienen propiedad y libreta de abastecimiento.

En su intercambio con los constructores del poliservicios, Torres Iríbar instó a pensarlo todo muy bien para, con la posibilidad de hacer, no se nos quede esta o aquella prestación, y luego posibles quejas lógicas de los vecinos vengan a aguarnos la fiesta. “Que no falte la farmacia, la cual pudiera ubicarse a un costado del consultorio. Ni tampoco el punto de venta de productos lácteos, ni esto ni aquello”, acotó el dirigente.

Con unos 2 755 habitantes y 1 034 viviendas, Las Canteras es un núcleo poblacional, alejado de todo, y que no cuenta con los servicios básicos.

Sin embargo, de un tiempo a esta parte, de sitio apartado ha devenido barrio en transformación integral, donde, al menos ya entra una ruta de guagua, y además levantan un nuevo puente de acceso en sustitución del de siempre, en peligro de derrumbe, consultorio médico, con las respectivas viviendas para la el médico y la enfermera, gimnasio deportivo y terreno para la práctica del beisbol, y se proyecta otra instalación para ofrecer servicios, tal vez no tan básicos, pero sí necesarios: peluquería y barbería, arreglo de enseres y equipos electrodomésticos, y otros.

Foto: Joyme Cuan
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