La belleza del ballet y sus movimientos, que igual pueden tornarse en mariposas que en cisnes, es un arte de exclusividad.

Esas formas desafiantes de la gravedad tardan años de estudios, práctica y mucho sacrificio para lograr tal perfección. 

Foto: Jorge Luis Sánchez Rivera

Pero, al obtenerla, hace el deleite de quienes lo aprecian y son capaces de sentir en el alma cada figura, cada paso, pirueta, pose atacadora de cualquier ley que se haya descubierto. 

Foto: Jorge Luis Sánchez Rivera

Tenemos el privilegio, en ocasiones, de disfrutarlo en estas calles habaneras, en nuestro amado Malecón, en recovecos de la vieja Habana o en grandes avenidas, ante un público casual que se queda absorto y silencioso ante tanta divinidad y maravilla. 

Foto: Jorge Luis Sánchez Rivera
Foto: Jorge Luis Sánchez Rivera

Esta escuela propia, es admirada en los grandes escenarios del mundo entero, y lo sabemos nuestro, con su magistral desempeño en cada función; o lo contemplamos extasiados si tenemos la dicha de, como transeúntes simples, disfrutar de tales escenas. 

Foto: Jorge Luis Sánchez Rivera
Foto: Jorge Luis Sánchez Rivera
Foto: Jorge Luis Sánchez Rivera
Foto: Jorge Luis Sánchez Rivera

Nota: Agradecimiento a Milaidy Muro Tabares, estudiante de ballet del tercer año nivel medio, por su alegría, entrega y profesionalidad en la realización de este modesto Fotorreportaje ¡Gracias!

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