Cobran vida las escuelas, los uniformes vuelven a ser parte del paisaje cotidiano en casi toda Cuba. Este 4 de octubre, con los alumnos de años terminales de la Educación General, comenzó el retorno a esa presencialidad añorada y esencial para completar el año académico 2020-2021.
Sirva como botón de muestra lo sucedido este lunes en el Instituto Preuniversitario Saúl Delgado, entrañable institución educativa de La Habana, que sus habitantes, y muy especialmente quienes allí cursaron el bachillerato, llaman simplemente "el pre del Vedado".
Luego de tan larga espera, ¿quién querría llegar tarde? Poblado estuvo desde muy temprano el parque Mariana Grajales y primero en esos bancos tan familiares y después en el patio de la escuela, la muchachada aprovechó el tiempo para saludar y ponerse al día con sus compañeros, compartir historias y dejar constancia de este día cero con un montón de selfies.
Alegría, alivio, esperanza vi asomarse, mezclados, a sus rostros. Colocarse en fila, guardar distancia, escuchar a los profes, recibir la bienvenida de la directora, Daidileinys Gey Pereira, y su equipo de trabajo, enterarse de los horarios y en qué aula darán clases: fue un bálsamo el reencuentro con rutinas de antaño, que la pandemia les arrebató y que extrañaban muchísimo, quizá sin siquiera saberlo.

¡Claro que un sinfín de dudas y temores los asaltan! Como afirmó la directora del "Saúl", nadie regresa siendo el mismo, ni educandos ni educadores. Tampoco ella, que enfermó de COVID-19, no la pasó muy bien y, desde que en noviembre de 2019 asumió el cargo casi no ha tenido para hacer otro tiempo que no sea de coronavirus.
Entre los 334 estudiantes de grado 12 de este preuniversitario, algunos perdieron a uno de sus padres, abuelos y otros seres queridos. El murmullo que acompañó las públicas condolencias que les fueron dadas en este matutino brevísimo, mostraron cuánta sensibilidad a flor de piel hay en estos adolescentes que, como muchísimos otros en Cuba y el mundo, han debido conocer tan tempranamente de la enfermedad, la muerte y el dolor.

Ya en las aulas, tiempo hubo para conversar con los profesores guías sobre la familia, las maneras en que fueron empleados tantos meses de confinamiento en el hogar, el aprovechamiento de las actividades docentes televisivas.
Fue un diálogo rico, en el que chicas y chicos como Lorena, Jessica, Alejandro, Patricia, Amanda y muchos otros hablaron, como suele decirse, hasta por los codos, de sus preocupaciones en el orden académico, de lo que ha representado esta larguísima pausa en sus vidas y hasta de las dificultades económicas domésticas, después que "a mami la mandaron para la casa con el 60 % del salario".
Pero, a pesar de tantas inquietudes dando vueltas en sus cabezas, cualquiera podía ver en ellos una tremenda confianza, la misma que apreció el profesor Reynier Aljovín Méndez, coordinador general de Ciencias Sociales en el "Saúl Delgado", en la escuela de educación familiar organizada como parte de la preparación para este retorno a las actividades docentes presenciales.

Padres e hijos tienen muy claro que el peligro no ha pasado, pero que hay que seguir, es tiempo de retomar todos nuestra vidas y proyectos y, específicamente para los muchachos, es ya hora de concluir el bachillerato, para acceder a la Educación Superior en Cuba, destacó.
Y concluyó: "Saben que la vacuna no basta, que hay que cuidarse y cuidar a los demás y, sobre todo, saben que estudiar es la clave y que en eso, como en todo lo demás, cuentan con su escuela y sus profesores".
(Tomado de ACN)
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