Alguien advirtió: “Con Cary no puedes salir a caminar por las calles, tardas mucho en llegar a donde vayas”.
Basta andar apenas unas cuadras con la técnica de prevención de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) en el habanero municipio de Playa y secretaria del bloque 76 de la organización femenina, para comprobar que Caridad Acuña García es toda una líder, querida y respetada, alguien en quien confiar.
Y esas son palabras mayores, máxime en estos tiempos cuando las personas precisan ser escuchadas, orientadas, y que quienes las representan asuman como propias las preocupaciones de sus coterráneos.
Esa es su máxima, sustentada en la personalidad que la define: inquieta, sensible, pues no hay recompensa mayor que ponerse en la piel del otro, como lo hace al ayudar a la abuela que quedó a cargo del niño pequeño, cuyos padres cumplen sanción o cuando respondió presta al reclamo de una madre desesperada por las repentinas rebeldías e indisciplinas del hijo adolescente en la escuela y ella supo que no podía perderle ni pie ni pisada, y debía trabajarse mucho con él, desde el amor y la paciencia.
Kendry Cairo, así se llama, ya le ha reciprocado sus desvelos. Salió destacado en la unidad donde cumple el Servicio Militar Activo y cuando termine podrá asumir un trabajo en alguna de las tres especialidades que cursó en la Casa de Orientación a la Mujer y la Familia del territorio.
Al poco rato de conversar con la también organizadora de la zona 76 de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), decidí no tomar notas y dejar que solo la grabadora recogiera nuestro intercambio. No es mi costumbre por aquello de que la técnica puede jugarnos una mala pasada; sin embargo, preferí escucharla con esa voz algo grave y sin pausas, enlazando anécdotas y evocando momentos que tanto le reconfortan en su labor social dentro de la FMC desde hace más de 20 años, y las horas que le dedica cada día, generalmente hasta las 8-9 de la noche.

Su casa, marcada con el número 1915 de la calle 78, en la barriada de Buenavista, se ha convertido en una especie de centro de atención a la población, siempre dispuesta a recibir a quien precisa plantear una inquietud, hacer alguna sugerencia. Familiares de sancionados, los vulnerables, menores controlados, vecinos en general, no dudan en buscarla.
Más allá de conocer sus problemas hay que formar parte de la solución. Esa es su máxima. “Sé que a veces parezco un poquito insistente, pero en honor a la verdad, cuando tramito determinado asunto no se me ponen trabas”, asegura Caridad, de quien muchos pueden dar fe de su entrega sin miramientos durante la actual situación sanitaria impuesta por la COVID-19, apoyando, junto a la delegada y demás autoridades del barrio y del Gobierno local, a cubrir las necesidades de alimentación y aseo a viviendas afectadas por la enfermedad y en otros momentos complejos.
“Mira, te cuento algo. Hace poco yo iba pasando por una calle y varias compañeras conversaban sin distanciamiento. Las alerté, y una de ellas me dijo: Para usted ¡mis bendiciones! La miré con cierta sorpresa y entonces volvió a decir: Quizás no se acuerde de mí, pero yo sí la recuerdo por la gran ayuda que nos dio con mi hermano. Esas son las cosas que a uno lo gratifican”, asiente.
Si de momentos especiales se trata no duda en recordar el apoyo de la comunidad al proceso de inmunización con el candidato vacunal Abdala en el municipio. “Fue algo inédito, maravilloso, ver a tantas personas sumarse en lo que hiciera falta. Los vecinos se me acercaban con el poquito de pintura o algún otro recurso que hiciera falta para poner lindo su consultorio. Arístides cogió un machete y se puso a chapear, Yosvani prestó el refrigerador… todo fue espontáneo. Recuerdo que hasta los muchachos venían a preguntarme qué hacer, cómo ayudar”.
Siempre haciendo algo por el bien comunitario, atenta, activa, dispuesta, abarcadora. Así la definieron algunos de sus vecinos. Ella escucha y opina: “A nuestra sociedad le hace falta potenciar más los valores, tratar de ser más humanos y solidarios; a la Federación y al resto de las organizaciones involucrarse más en la base, donde hay veinte problemas y ninguno son iguales, tener más personas que de corazón demuestren su compromiso y deseos de hacer”.
Y agrego: Creo que hacen falta muchas Caridad.
Ver además:
Transformación integral de La Güinera: en marcha con el pueblo