La EIDE Mártires de Barbados, en el municipio de Cotorro, no podía quedarse ajena al combate contra la COVID-19, por ello, tan pronto se les solicitó su apoyo como Centro de Aislamiento no dudaron en decir que sí.
Sin embargo, en poco tiempo, el concepto de los pacientes que allí recibían cambió de forma radical, pues de ser un centro donde se acogían sospechosos, pasó a ser uno para positivos antígenos y positivos de bajo riesgo. Tribuna de La Habana visitó la EIDE cuando los tripulantes que habían recibido a esta nueva modalidad de pacientes se encontraban próximos a concluir los 14 días de trabajo ininterrumpido en esa instalación, y hoy les entrega varias de las conversaciones sostenida con esos tripulantes.
Contigo en la distancia

Yaneisy Acosta Ávila, especialista de la EIDE, en Seguridad y Salud del Trabajo, es de esas personas a las que el destino le ha dado grandes sorpresas. Para ella, laborar en las actuales condiciones de la instalación representa un reto inimaginable, toda vez que dadas las actuales funciones de ese centro educacional, debe velar por la salud de los trabajadores en condiciones muy difíciles y diferentes, a las que normalmente enfrenta. Sin embargo, la vida también le deparó una grata sorpresa. En el momento más inesperado, en una maleza cercana a la escuela, se produjo un incendio, y fue su hijo, que es bombero, quien acudió a apagarlo. Sobre ese momento, ella comentó: “Nosotros aquí en la escuela tenemos tanques de combustibles, y estábamos muy estresados. Y le tocó a él (dice refiriéndose a su hijo), venir a apagar ese incendio. Imagínese, yo viéndolo desde la distancia, sin poder acercarme. Cuando todo concluyó, fue un momento muy bonito”.
“Desde lejos todos mis compañeros le decían adiós. Fue algo extraño, porque debido a esta labor y todas estas responsabilidades no nos pudimos abrazar, ni siquiera tocarnos las manos”. Al menos, en esa oportunidad, los corazones de este binomio madre-hijo se miraron a los ojos, y fue como si se dijeran Contigo en la distancia... estoy.
De profesor a mensajero... y más

Yusmay Oliva, tras 17 años como entrenador de Hockey, hace tres pasó a desempeñarse como jefe de agrupación. Mas, nada le había preparado para trabajar en medio de una pandemia, en funciones que ni remotamente tienen que ver con su accionar diario.
A él lo vimos cumpliendo funciones de enlace, para llevar a la zona roja, lo que los familiares le llevan a los pacientes que allí se encuentran, además de ayudar en la limpieza y en cuanta otra función haga falta.
Sobre este cambio de funciones expresó: “Asumir la responsabilidad fue algo grande, más con la situación que hay a nivel mundial. Es mucho el cambio, pero estábamos conscientes de lo que pasa y sabíamos que en algún momento nos iba a tocar asumir esta tarea. Se nos dio la oportunidad de escoger si nos incorporábamos o no, dimos el paso al frente, y aquí estamos, junto con la dirección de la escuela, que son el ejemplo, y todos están aquí”.
“Alejarnos de la familia es duro, es apartarnos de ella por más de 21 días, con los problemas que existen, y con el miedo a enfermarse. Eso no se le quita a nadie de la mente. Pese a ello, por aquí pasaremos las veces que sean necesarias, porque quienes nos pidieron asumir la tarea, también están aquí con nosotros”.
Misión Habana

A Yanelys Albuernes Hernández, enfermera en la provincia de Las Tunas, el destino y la COVID-19 le dieron la oportunidad de cumplir misión sin tener que salir de Cuba. Todo comenzó cuando le plantearon la necesidad de apoyar a los servicios médicos en La Habana. Eso la cogió por sorpresa, pero sabiendo la importancia de su trabajo no dudó en dar el sí.
En casa quedaron dos hijos, la mayor de 21 años, que se encuentra embarazada, y el menor, un varón de 10 años, este último, al conocer la noticia “se puso un poco triste. Ahora, cada vez que hablo con ellos, él me dice que me cuide, que me ponga nasobuco, y que me echa de menos”.
A Albuernes Hernández le tocó laborar en un momento donde la tripulación no estaba completa, y aun cuando por instantes el cansancio se hacía sentir, “porque es mucho trabajo y nos falta personal”, siempre encontró fuerzas para atender a sus pacientes, a la hora que fuese necesario. Ella señala, que el trato de todos allí ha sido bueno, y al preguntar qué es lo que más extraña, respondió: “Todo. Hasta mi calle echo de menos, pero ahora tenemos que estar aquí”.
Ver además:
Labor bella la de todos los profesores de la EIDE "Mártires de Barbado" héroes anónimos de nuestro país. Excelente el profesor Yumai Oliva y el resto de los entrevistados de la tripulación 3 "Abdala". Sin duda el deporte a la vanguardia