La presentación de unas 30 ponencias a cargo de jueces y estudiantes durante la 14 edición del evento científico del Tribunal Provincial Popular -TPP- de La Habana, demostró la calidad que sustentaron las investigaciones enfocadas en resolver problemas que hoy existen en cuanto a la aplicación del derecho en la práctica judicial.

Desde la ciencia fueron abordadas las generalidades del Derecho, pero también el Derecho penal, familia, civil, administrativo, laborar y económico, este último el de mayor presencia.

Como parte del sistema de tribunales del país, la instancia de la capital cubana está centrada en ceder mayores espacios a informatizar la actividad judicial. Durante las palabras inaugurales del encuentro, el presidente de TPP de La Habana, Yojanier Sierra Infante, remarcó que ese proyecto es también resultado de un proceso de investigación, acompañado, además, de innovación y de ciencia.

Desde el primero de noviembre, la instrucción 253 del Consejo de Gobierno del Tribunal Supremo Popular, indicó aplicar de manera paulatina la informatización. No lo abarca todo en la tramitación, pero constituye un primer paso para hacer más expedita la comunicación procesal entre todas las partes e intervinientes, y en los proyectos que asume la institución.

“Se demandan muchos cambios hacia lo interno. El establecimiento de la comunicación procesal por vía telemática era algo impensable en otros momentos, por que los tribunales deben abrirse a tramitar así sus documentos, casi todos secretos”.

-¿Cómo se ha comportado?

-En un mes ha habido un trabajo muy arduo con los bufetes colectivos, a los cuales les agradecemos de manera particular. Ya superan los 800 trámites entre ambos. La Fiscalía se ha sumado y comenzará el primero de diciembre, mientras que se trabaja con el de Finanzas y Precios, a donde notificamos toda la libre disposición o el resultado de los comisos de bienes; ellos se encargan de descontarle a la institución depositaria el valor para depositarlo al presupuesto del Estado, es decir que intervienen en el trámite de ejecuciones penales.

“Con nuestros bancos poseemos diferentes relaciones; allí se atesoran o preservan -hasta que el tribunal decida-, piezas de valor, dinero, fianza, bienes ocupados… Igual mantienen una estrecha relación en lo referente a personas jurídicas en la ejecución y cumplimiento de disposiciones, medidas cautelares, sentencias, autos, por citar algunas”.

-¿De qué manera eventos de este corte contribuyen a la calidad del servicio que recibe un ciudadano?

-Cuando los jueces investigan un trabajo en función de un problema que existe en la práctica judicial es en aras de resolver, sobre todo, que para ese ciudadano común su justicia sea de mayor calidad, pues estamos atacando problemas de términos, de interpretaciones, de lagunas que quizás tenga la Ley. Siempre será para que esa persona tenga más garantía, más derecho, y que el debido proceso que debemos respetar en la implantación de justica se cumpla y se cumpla bien.

“En cuanto a la parte tecnológica también hay un impacto positivo. Tener la actividad judicial informatizada asegura celeridad en la tramitación de los asuntos. No es lo mismo enviar un papel a Guantánamo por correo que demora un mes, que hacerlo vía electrónica, o citar a una persona de un órgano a otro, que enviarlo por correo con la consiguiente demora de quince días.

“La justicia achica términos y gana calidad cuando de forma digital notificamos las resoluciones judiciales, las decisiones y demás. Esos procesos en algún momento la población tendrá oportunidad de verlos, consultarlos, y saber en qué estado está su causa, adónde puede acceder para hacer una consulta. Es un futuro que comienza y para llegar allá falta, pero estos son los primeros pasos”, aseguró.

Como parte de la jornada científica se expusieron resultados y productos acabados, tanto del TPP como de instituciones invitadas; entre las presentaciones figuró Ecured, los servicios que ofrecen los Joven Club, el boletín del Tribunal Supremo, por primera vez de forma digital, con toda la compilación de sentencias y algunas novedades.

Un gran atractivo de la cita fue la feria tecnológica, que permitió a los presentes disponer de aplicaciones, revistas digitales, juegos tanto para celulares como para computadoras, así como antivirus y otras propuestas que ofrecieron las entidades invitadas.

Se conocieron proyectos que hoy despliega el país con interés desde el punto de vista tecnológico como la robótica y  la seguridad por cámara, sin faltar un sitio para la comercialización de accesorios para teléfonos, y la demostración práctica de cómo otras instituciones avanzan tras aplicar la informatización en sus gestión diaria.

Con el objetivo de que se implemente la instrucción 253 para dejar establecidas las vías telemáticas de comunicación procesal del TPP, fueron legalizados Protocolos de colaboración y Convenios de trabajo con  la Fiscalía Provincial, la Dirección de Bufetes Colectivos y de Finanzas y Precios; los Joven Club de Computación y Electrónica, la Empresa de Informática del Consejo de la Administración Provincial, así como los respectivos bancos Financiero Internacional, Metropolitano, Popular de Ahorro y Exterior de Cuba, y los institutos politécnicos Raúl Cepero Bonilla y Fernando Aguado y Rico.

A su vez, el TPP recibió el certificado que lo acredita como Aula Docente por contribuir a la formación como técnicos en Derecho e Informáticos de los muchachos que realizan allí sus prácticas pre profesionales.

Tantas pinceladas para divulgar saberes fue una acertada manera de estimular entre los integrantes del órgano de La Habana la significación de entronizar la cultura digital como una nueva forma de gestión que para bien se viene adentrando en la sociedad cubana.