Tribuna de La Habana se creó bajo la premisa de una necesidad fundamental para la capital de la nación. Esto le daba el imperativo de una línea de trabajo amplia y compleja, pues tenía que abarcar las actividades territoriales de las antiguas provincias Ciudad de La Habana y La Habana.

En jornadas que sus fundadores definieron como interminables, se trabajó para hacer los ejemplares de prueba y maquetación. En la rotativa del antiguo periódico El Mundo, en Virtudes y Águila, municipio de Centro Habana, salió –por primera vez– el 7 de octubre de 1980, en su condición de diario vespertino (excepto los lunes).

Otra fecha marcaría un nuevo nivel en su historia: en enero de 1986 comenzaría a imprimirse en el Combinado Poligráfico Granma, lo cual permitió ganar en calidad, nitidez y adquirir el color azul como complemento de su presentación.

El 14 de julio de 1987 vio la luz la última edición de gran formato, debido a la reducción de papel, se convirtió en tabloide, con una frecuencia diaria y matutino.

El 5 de enero 1992, redujo su frecuencia diaria a semanal y circulación los domingos con una tirada de 90 000 ejemplares. El 16 de noviembre de 1999, nació el sitio digital del semanario.

Llegamos al aniversario 40 con una visión renovada de su dinámica informativa con un rediseño de ambos soportes (impreso y digital) adecuado a las nuevas tecnologías de la información, lo cual permite interactuar de forma directa con sus lectores, en tiempo real, y actualizar de manera instantánea
los acontecimientos que son noticias en la capital.

A partir del 21 de junio de 2020, con la impresión en color se logra un anhelo de nuestro colectivo y los lectores. Compartimos la histórica fotografía sobre la cual Roberto Pavón Tamayo, primer director del diario, explicaba: “(…) en un evento de la ANAP, con la tinta fresca de la mañana, los ejemplares del nuevo periódico Tribuna de La Habana, fueron distribuidos en la presidencia. Al sentarse, el compañero Fidel lo alzó en sus manos, lo hojeó brevemente, y sonrió. Humberto Mayol accionó el obturador y la foto nos acompañó para siempre”.