Con la obligatoriedad de cumplir con las medidas higiénicas y el distanciamiento físico previstos para el enfrentamiento a la COVID-19, el sector del comercio y la gastronomía retomó a sus actividades y horarios habituales a partir de este 3 de octubre.

Según dio a conocer a Tribuna de La Habana Idalmis Martínez, directora general de la Unión de Empresas del Comercio y la Gastronomía, desde esa fecha reabrieron todos los establecimientos del sector, incluidos los Mercados Artesanales-Industriales e Ideales, carnicerías y pescadería.

Como se informó, dijo, no existe ya el requisito de vender solo a los residentes de los municipios en que se encuentran ubicados los comercios.

Igualmente, entran en funcionamiento las áreas de trabajadores por cuenta propia, con la orientación de reordenar tanto los trabajadores contratados como la cantidad de personas. De acuerdo con Martínez, se estableció la obligatoriedad de la separación de dos metros entre vendedores y se orientó ordenar las fuerzas, de manera que trabajen en días alternos, en aras de evitar la alta concentración de personas, tanto de trabajadores como de clientes en estas áreas de trabajadores.

Según precisó la directora de la Unión de Empresas del Comercio y la Gastronomía, las bodegas vuelven a su horario normal: el horario de la mañana, descanso al mediodía y el horario de la tarde, siempre respetando el distanciamiento en las colas y la obligatoriedad de la ubicación a la entrada de los establecimientos de los baños podálicos y el hipoclorito para la desinfección de las manos.

En la gastronomía

Aunque la ciudad aún se encuentra en fase transmisión autóctona limitada, como parte de las medidas puestas en vigor el primero de octubre, se reabren los parques infantiles, que trabajarán al 50 por ciento de su capacidad, al igual que todas las unidades de gastronomía.

Se abren todos los restaurantes para consumir dentro de la unidad, manteniendo solo dos personas en las mesas para cuatro, que deben respetar la distancia de separación de un metro y medio, al igual que todas las heladerías, al 50 % de capacidad”, dijo.

La directora reiteró que “en todos los casos se establece el uso obligatorio del nasobuco, así como la desinfección de las manos antes de entrar a las unidades, como parte de la responsabilidad compartida de las personas y las instituciones”.

De acuerdo con Martínez, “se trabaja duro para que haya un nivel de recursos en nuestras unidades, priorizando fundamentalmente los restaurantes. Un grupo de ellos, donde hay transporte o donde ha funcionado mediante bicitaxis en estos meses, se mantendrá la comida para llevar a domicilio, en aquellos lugares donde es habitual para la población”.

En el caso del Sistema de Atención a la Familia (SAF), se mantiene el sistema de mensajeros para llevarles los alimentos a aquellas personas que no puedan asistir a las unidades, dijo.
Por otra parte, destacó que se persigue seguir incrementando el servicio de mensajeros en el comercio para la venta de mercancías, ya sea de la canasta familiar normada o algún otro producto.