En momentos que se realizan ingentes esfuerzos por mantener las medidas higiénico-sanitarias adecuadas para  erradicar la pandemia de COVID y evitar proliferación del mosquito Aedes Aegypti constatamos en áreas verdes de parques capitalinos un vertiginoso crecimiento de las hierbas y un notable deterioro del medioambiente con plantas, arbustos, y en algunos casos áreas infantiles, notablemente dañadas.

Los trabajadores de Servicios Comunales laboran arduamente en el sostenimiento del barrido de las calles y en la recogida de los desechos sólidos en los horarios establecidos e informados a la población. Sin embargo, aunque gran parte de la población está concientizada con esta problemática y contribuye depositando en los contenedores la basura de 6 a 10 p.m. como está indicado, existen todavía casos de indisciplina social y otros los cuales debido a actitudes irresponsables fomentan la aparición de microvertederos.

A partir del mes de mayo las precipitaciones han sido significativas favoreciendo el llenado de embalses y han aliviado el abasto de agua, que aún en algunas comunidades presenta anomalías, las cuales generalmente obedecen a inversiones o reparaciones que se ejecutan y deben contribuir a aliviar las insuficiencias con el preciado líquido.

Foto: Aixa Alfonso

Por otra parte, las lluvias y también casos de morosidad por parte de los factores encargados de asumir los mantenimientos periódicos en parques y jardines de barrios capitalinos, han afectado la imagen de esos atrayentes sitios de estar, donde habitualmente las familias asisten con pequeñines y también un considerable número de ciudadanos acuden a descansar, recrearse, o a utilizar el servicio de Wifi ubicado en algunos de estos puntos. Lo más preocupante resulta ser la incidencia que el abandono o falta de saneamiento de algunas de estas emblemáticas áreas tributan, a la situación epidemiológica.

Cuando nos adentramos en localidades del Cerro, Diez de Octubre y otros municipios del interior de la Capital pueden apreciarse estas dificultades relacionadas con la sustentabilidad de los arreglos ejecutados y el seguimiento a los mantenimientos que precisan cada una de estas áreas de estar, citadinas.

Por ejemplo, hace alrededor de un año fue restaurado de forma significativa el representativo “Parque Piñera”, ubicado en las intersecciones de las calles San Pedro, Mariano, Clavel y de igual nombre, en el Cerro. En esos momentos todas las arterias de acceso al lugar fueron reparadas, las fachadas de las viviendas pintadas y el interior del parque remozado completamente, incluyendo para el disfrute de los niños un espacio de recreación.

Y lamentablemente la imagen actual de este es deplorable, muy alejada de la complacencia que otrora tuvieron los residentes de la zona, cuando este resucitaba de las ruinas de antaño.

Igualmente existen otros parques de carácter tradicional en los territorios, como son el de Santos Suárez, el de “Fábrica” situado en la calle de igual denominación en Luyanó, ambos en la barriada de Diez de Octubre, sufren también cierto abandono. Y hay otros ubicados en disímiles localidades habaneras los cuales cuentan con una demanda importante por parte de círculos de abuelos, estudiantes y artistas del entorno, y aún estos interesantes sitios en medio del transcurso de la etapa de recuperación pos COVID-19, no tienen las condiciones idóneas para ser empleados, próximamente, en estos loables propósitos.

La población siempre agradece la mejora de estos espacios alegóricos a sus comunidades. los cuales cuentan con historias que deben preservarse en cada uno de los municipios de nuestra provincia.