Foto: Oscar Alvarez Delgado

El sábado 20 de junio, cerca de la 1:30 p.m., tras varias horas de espera, el pueblo del consejo popular Cuatro Caminos, en el habanero municipio de Cotorro, rompió en aplausos. El motivo era la llegada del Licenciado en Enfermería Yunier Ramos Otaño, quien regresaba a su casa tras combatir la COVID-19 en la región italiana de Lombardía.

Varias eran las sorpresas que ese día recibió Yunier, pero de seguro, ninguna tan inesperada y agradable, como la que le regalara su hija Melisa Ramos Fuentes, de tan solo 10 años. Ella fue la primera persona en cercar su cuerpo con sus brazos, en servirle de refugio a las lágrimas contenidas que nadie vio, pero que muchos percibimos. El abrazo con la esposa; el padre cargándolo, haciendo aún más grande su estatura de gigante, capaz de enfrentar a la muerte cara a cara; el pueblo diciendo su nombre, estirando las manos para saludarle.

El recibimiento de la familia, de los compañeros de trabajo, de las autoridades políticas y gubernamentales del territorio, de los vecinos del barrio, de los amigos más allegados; las palabras pronunciadas por la directora municipal de Salud Pública, y los múltiples reconocimientos de que fue objeto ese día, estremecieron de pies a cabeza a Yunier.

Foto: Oscar Alvarez Delgado

En conversación con el pueblo, el héroe de Cuatro Caminos comentó sobre sus vivencias en este nuevo enfrentamiento a la muerte. El hombre que en el 2014 había ido a Sierra Leona para combatir el ébola, y que posteriormente prestó colaboración en México y Guatemala, aseguró que cuando le preguntaron si estaba dispuesto a ir a Italia a combatir la COVID-19, dijo que sí “sin pensarlo. Ya había dado el primer paso en la lucha contra el ébola en el 2014, en que sin pensarlo también, dije que sí”.

“Sabía que iba nuevamente a tocar la muerte con mis manos, como cuando lo hice en Sierra Leona: cada vez que tocaba un paciente, que lo inyectaba, que le hacía extracciones de sangre, veía la muerte en mis manos. En estos momentos se volvió a repetir la epopeya. Cada vez que tocaba un paciente, que lo llevaba al baño, le daba la comida, cada vez que nos extendían su mano de agradecimiento, nosotros se la extendíamos. Estábamos bien cubiertos, sabíamos que no íbamos a tener problemas”.

“Cuando llegaba al cuarto por la noche me sentaba y decía, señores, increíble, tengo la muerte en mis manos. Todos los días pensaba en mi familia. Le tengo que agradecer mucho a mi esposa, ya que ella ha estado siempre a mi lado, apoyándome, cuidando a las niñas. Verdaderamente no tengo palabras para expresarle lo que siento. Fue una experiencia inolvidable. Cada vez que salíamos a la calle, mientras esperábamos el transporte, en cada balcón veíamos un cartel GRACIAS CUBA, con la bandera de Cuba y la de Italia”.

De pronto, su esposa Sairis se acerca cargando a Mélody, la pequeña de apenas un año y medio. Y Yunier extiende los brazos para cargarla. Más Mélody voltea el rostro, ella prefiere seguir en brazos de mamá, y a Yunier no le queda más remedio que aceptar la reacción de la pequeña, la cual: “es la segunda vez que me lo hace. Cuando vine en diciembre de Guatemala, en el aeropuerto, también me lo hizo”. Emocionado mira a Mélody, a la cual apenas ha tenido tiempo de mimar y acto seguido expresa: “Muchas gracias a todos. Si nuevamente tengo que dar un paso al frente para cumplir con la Revolución, lo vuelvo a dar. Me siento orgulloso de representar al municipio del Cotorro en estas dos misiones duras que me han tocado y que he cumplido satisfactoriamente. Y lo más importante ha sido llegar con vida, y llegar sano y salvo. Gracias a todos de corazón”.

Foto: Oscar Alvarez Delgado

Sin embargo, la mayor sorpresa de ese día se la tenía reservada Melisa dentro de la casa. En el interior de su cuarto, un sitio que pocos días atrás parecía un verdadero campo de batalla, ahora reinaba el “orden”, al menos, hasta donde la tropa de peluches con que conviven Melisa y su hermana Mélody, lo permitiera. Al enterarse Yunier de tal “proeza” él, que solo sabe hacerle un peinado a Melisa, se comprometió a aprender hacerle, al menos, otro más. Pero eso fue justo al final de la conversación que los medios de prensa sostuvimos con Yunier y sobre la cual, les brindaremos más detalles en próximas entregas.