Los colaboradores sanitarios, del contingente internacional de médicos especializados en situaciones de desastre y graves epidemias Henry Reeve, retornaron este fin de semana a sus casas, luego de prestar misión internacionalista en Lombardía, Italia, para frenar la propagación del nuevo coronavirus, y pasar la cuarentena aislados, una vez llegaron al país.

Foto: Nayaren Rodríguez Socarrás

Familia, colegas, pacientes, vecinos, directivos de la comunidad del municipio de Plaza de la Revolución se reunieron para darle la bienvenida a uno de esos galenos, el Dr. Juan Jesús Luis Alemán, quien ya acumula varias misiones en Venezuela, Liberia, Guatemala y Dominica, por citar algunas naciones.

“Hace más de dos meses cuando la Covid 19 amenazaba con fuerza a Europa, tú, junto a otros profesionales de la salud cubana, partieron de nuestro país al epicentro de una pandemia, cuando las autoridades italianas anunciaban que el número de muertes por el Sars Cov 2 en Lombardía ya pasaba de los 3 000 y el principal problema era el déficit de personal”, destacó la Dra. Martha Beatriz Díaz Dehesa, directora del policlínico Héroes del Moncada, al cual pertenece Luis Alemán.

El riesgo no detuvo al humanismo y la solidaridad. Todo lo contrario. Fue en la primera línea de enfrentamiento a la enfermedad y a una situación desalentadora, donde mejor se demostró la calidad profesional en “el más noble y humano de los oficios”, como lo catalogara nuestro Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz.

Luis aseveró que: “al principio hubo recelo como de alguien que llega a tu casa y tú no conoces; no sabes si será bueno, malo o regular; si sabrá hacer las cosas o no. Además de las malas campañas que se hacen de nosotros (médicos nacionales). Ya después los clínicos italianos fueron muy cariñosos y sociables pues pasamos su test profesional (…) Las relaciones en el trabajo fueron de iguales, éramos uno más en el hospital y la interacción fue maravillosa”.

Fuertes experiencias quedarán por siempre en su memoria como la anécdota de una paciente, cuyo hijo y esposo habían fallecido debido a la enfermedad, “solo quedaba ella de sobreviviente y nos agradeció que llegáramos para renovar su vida…Estaba muy deprimida y poco a poco se fue animando pues le hacíamos gracia, jugábamos con ella; incluso se rehabilitó pues cuando llegó no podía caminar”.

La humildad del doctor Alemán es tanta, que dijo a las personas reunidas para recibirlo, cuando llegó a su cuadra, que él no ha hecho nada, solo cumplir con su deber de salvar vidas; “héroes somos todos los que hacemos los que nos toca en el momento oportuno”.

Como parte de los agasajos, también recordaron las palabras de nuestro líder histórico, Fidel Castro, durante el acto de constitución del Contingente Henry Reeve en 2005: “Nosotros ofrecemos formar profesionales dispuestos a luchar contra la muerte. Nosotros demostraremos que el ser humano puede y debe ser mejor. Nosotros demostramos el valor de la conciencia y la ética. Nosotros ofrecemos vida”.

A la par se sintió un especial orgullo por el clamor mundial para nominar a la mencionada brigada al Premio Novel de la Paz, y reafirmaron las ideas de nuestro presidente Miguel Díaz-Canel cuando expresó que los médicos han vuelto a poner en alto la solidaridad cuando muchos creían muerta la ternura de los pueblos.

Las misiones “para nosotros son un honor (…) nada de obligación, no me siento utilizado”, responde Luis ante las acusaciones del gobierno de Estados Unidos para desacreditar al sistema de salud cubano.

Foto: Nayaren Rodríguez Socarrás


Regocijo por el regreso

La opinión del barrio habanero donde reside el querido doctor, dentro del Vedado, es unánime cuando resaltan su ejemplaridad como compañero, disposición para asumir cualquier tarea (ya sea institucional o comunitaria), y excelentes cualidades y desempeño médico.

Al decir de Ingrid Rodríguez, jefa del Departamento Docente Metodológico del policlínico Héroes del Moncada, Luis ha tenido destacables acciones, no solo contra la pandemia actual, y es de excelencia su trabajo como tutor en la formación de las nuevas generaciones de médicos.

Como forma de agradecimiento por los servicios prestados durante años, la comunidad no dudó en esperar horas para verlo, saludarlo, decir alguna frase tras el regreso. No obstante, nadie lo ha extrañado más que su familia, la cual lo apoya en todas sus decisiones. “No hay nada como sentirse en casa”, agrega Alemán, quien incluso no está seguro de darle importancia este año al Día de los Padres y hacer una gran fiesta junto a sus dos hijas pues para él, celebrar es sencillamente pasarlo en familia pues “estás en tu casa ya”.

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