Ante la necesidad de elaborar una estrategia de desarrollo para enfrentar la situación económica actual provocada por la limitación de accesos a recursos importados debido al bloqueo impuesto por el gobierno de los Estados Unidos y agravado por la pandemia del COVID-19, La Habana debe acudir al reservorio de potencialidades y alternativas viables e innovadoras que posibiliten mantener producciones agropecuarias, de la agricultura urbana, suburbana y sus industrias -fundamentalmente la de conservas- e, incluso, el encadenamiento de sus empresas locales con otras de subordinación nacional.
El llamado de la máxima dirección del país y del Gobierno habanero es resolver algunos de los problemas, de importancia estratégica, en los municipios, que sean realmente efectivos y basados en la utilización de sus recursos endógenos.
La insuficiencia en la producción de alimentos y, por consiguiente, la dependencia de las importaciones (en éste sector), el deterioro del fondo habitacional, el sostenimiento de condiciones higiénico-ambientales favorables en los asentamientos, deben estar en las prioridades de las agendas de gobierno local de manera permanente.
Desatar los nudos que limitan las fuerzas productivas es también un incentivo para el fomento de sistemas productivos locales y del fortalecimiento y diversificación de la base económica municipal, aprovechando los potenciales locales, al estimular sinergias con proyectos objetivos e introduciendo resultados de la ciencia y tecnologías adecuadas que condicionen bases adecuadas para sostener la innovación.

Para ello se necesita de una cooperación institucional robusta y creativa, capaz de conducir procesos participativos de desarrollo sustentable y dar respuesta a las demandas- acumuladas y nuevas- de la sociedad, teniendo como soporte un sistema de planificación integral y la base jurídico- normativa adecuada a las regulaciones vigentes, pero asimismo estimular la producción de recursos financieros en el propio territorio. Y, en paralelo, una consolidar las bases de participación popular, comprometida y responsable al aportar cada cual lo que corresponda.
Desempeñar el nuevo rol y hacer uso de la autonomía que le concede la Constitución de la República, en este escenario, dependerá, por una parte, del nivel de preparación y las capacidades de innovación que desarrolle el municipio. Por otra, la coexistencia de políticas- nacionales, sectoriales, regionales-, dentro del marco legal, así como la aplicación de modelos, plataformas y decisiones que se tomen en el nivel correspondiente. Acercarnos al ideal significa desplegar los procesos de desarrollo que respondan a los intereses locales y nacionales, le hace mucha falta al país.
* El Centro de Desarrollo Local y Comunitario (CEDEL), dirigido por Ada M. Guzón Camporredondo, es un centro cubano de investigación y desarrollo fundado en 2007, que ofrece servicios científico – técnicos en materia de desarrollo local. Se encuentra adscrito al Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente y pertenece al Consejo de Ciencias Sociales.

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Magnífico resumen del trabajo que está emprendiendo el Cedel y los avances del desarrollo local en el país. Queda mucho por hacer