Arsenio Marrero Sancho, presidente de la Cooperativa de Créditos y Servicios (CCS) Camilo Cienfuegos, en el municipio de Cotorro, hizo un alto en sus funciones para explicar a Tribuna de La Habana cómo sus asociados enfrentan las dificultades de la sequía y de la COVID-19.

Al preguntarle por las fórmulas que emplean en medio de esta pandemia para mantenerse trabajando, comentó: “En esta situación hemos mantenido activo al personal que tiene que ver directamente con la producción. Ahora, más que nunca, es necesario elevar los niveles productivos, para que los alimentos lleguen al pueblo. Hoy estamos trabajando la campaña de primavera y tenemos todas nuestras tierras preparadas. Sabemos la escasez de agua que hay, pero hemos intencionado en las fincas que tienen riego”.

“Se han sembrado en las fincas que pueden solucionar parte del problema del agua. Nos encontramos trabajando en la siembra de yuca, de boniato, y de maíz, los dos últimos productos, de ciclo corto. Tenemos en producción zanahoria, remolacha, quimbombó, apio, mango y cierto nivel de maíz próximo a ser cosechado. De forma consecutiva la cooperativa ha entregado a los MAE boniato, y las producciones antes mencionadas, además de col. A la par hemos incrementado la siembra de plantas medicinales, como es el caso de la sábila, donde hoy contamos con un centro de adaptación de plantas in vitro al suelo, que tiene producidas 40 000 posturas.”

-En el caso de la sábila, ¿cuál es el destino de esas posturas?

Foto: Oscar Alvarez Delgado

-Es la venta a los campesinos con el fin de incrementar esa producción para que más tarde vaya a los laboratorios o a la Empresa de Plantas medicinales.

-¿Cuál es el destino de los excedentes de producción?

-Nosotros en estos momentos no tenemos un vínculo directo con el Sistema de Atención a la Familia (SAF). Sin embargo, de forma indirecta, en esta situación especial que presenta el Consejo, si estamos contribuyendo con el SAF, adonde dirigimos algunos de los excedentes, como es el caso del plátano, que lo cedemos a esas instituciones.

“En el Consejo Popular hemos tenido la oportunidad de preparar, desde hace dos semanas a la fecha, unas jabitas con productos del agro, destinadas a los viejitos del Consejo de Alberro. Es un trabajo que hemos realizado con la ayuda de los mensajeros de la comunidad, con el cual le mandábamos las jabas a los viejitos que se encuentran solos. El precio de esas jabas está entre los 15-20 pesos, a precio de mercado”.

Mas, aun cuando Arsenio explicó las generalidades de cuánto hacen sus asociados, un recorrido por varias de las fincas que integran la CCS Camilo Cienfuegos deja en claro que los miembros de la ANAP son un eslabón fundamental en la lucha contra la COVID-19 y en el desarrollo económico del país.