Aunque todavía se ven algunas manifestaciones de indisciplina, los capitalinos han entendido la necesidad del aislamiento social como parte de las medidas para combatir la Covid-19
En la Habana es muy difícil controlas el aislamiento, en el interior del país la situación se va controlando porque es más fácil controlar el aislamiento, pero se necesita que en la Habana se lleve a cabo una cuarentena para controlar el virus. Es necesaria.
Sabemos que la sola existencia de este coronavirus, es algo paralizante, una gran desgracia para la humanidad. Pero ha dado la posibilidad de medir realmente la capacidad y efectividad de los sistemas sociales para proteger y mantener la vitalidad del pueblo que es en definitiva la tarea esencial de cada sistema y gobierno. Por eso es una prueba de la eficacia de sus estructuras, de la capacidad de conducción de sus dirigentes, unido al alto sentido de sensibilidad humana. Todos los resultados hasta hoy han apuntado como siempre que interviene el valor humano y el respeto al hombre y a su dignidad, apunta hacia el sistema socialista, gobiernos progresistas y de izquierda, y otros contrarios al neoliberalismo, unilateralismo y la exclusión, dejando al desnudo la vulnerabilidad del sistema capitalista cuando de atención y derechos humanos se refiere. Ha quedado demostrado que estructuras tan importantes como la salud, la educación y las ciencias no pueden privatizarse, ni mucho menos las grandes industrias que garantizan los recursos imprescindibles para la alimentación y los servicios indispensables de la población así como garantía de empleos. Cuba es ejemplo de estas garantías a pesar del bloqueo, a pesar de las ineficiencias de un grupo grande de dirigentes de base incapaces de preservar y defender con su entrega desinteresada los recursos puestos bajo su custodia para administrarlo correctamente con el ahorro, la vigilancia, evitando el desvío y el despilfarro de los mismos. Pero por cada uno de ellos hay cientos capaces, multifacéticos que gracias a su entrega y desvelo han sabido responder al llamado de la alta dirección del país con el oído bien pegado al piso para captar los latidos de un pueblo que pese a sus indisciplinas, confía ciegamente en sus máximos dirigentes.
Hoy cuando la alta dirección del país está enfrascada de modo integral y admirable en la difícil tarea de proteger al pueblo me duele ver que por muy positivos que haya sido nuestra ciencia, las direcciones de salud en una gran cantidad de esferas, sobre todo los hospitales, la entrega absoluta de nuestros médicos, enfermeras, técnicos y obreros de la salud de diferentes posiciones, los transportistas, bodegueros, (excluyo los dependientes de las tiendas, no me han dado ejemplos para confiar en muchos, más bien sigo observando lo contrario) y un grupo de obreros que continúan asegurando la subsistencia del país, entre los que se destaca el campesinado cubano, fiel a sus predecesores; duele ver que hay un grupo y no muy pequeño de dirigentes que han mostrado absoluta ineptitud para enfrentar esta pandemia, si bien es cierto que todas las provincias y municipios tienen diferentes nivel de vulnerabilidades para el contagio, también hay otros que teniendo los mismos peligros potenciales, y han sabido mantener una situación más estable, acompañado de una mejor disciplina y acatamiento de las medidas que en otros lugares: es el caso de Santiago de Cuba, Granma, Camagüey y hasta Isla de la juventud que empezó marcando la más alta taza y ha sabido frenar los contagios. La Habana es verdad que tiene una alta vulnerabilidad, superior al resto de las provincias por las propias características que emana del ser la capital, pero a grandes problemas deben también acompañar grandes estrategias haciendo un mejor uso de sus potencialidades humanas y materiales. La Habana tiene la posibilidad de estructurar un sistema más cerrado de control de la disciplina social, superior a cualquier provincia, incluso los municipios tienen más perspectiva de actuación autónoma que otros municipios del país, pero de esta pandemia debería salir una evaluación efectiva de la capacidad de dirección de los gobernadores, intendentes y Presidentes municipales, que no pueden limitarse solo a esperar soluciones de arriba a los problemas que enfrenta su territorio; es necesario elevar la creatividad incluso en el cumplimiento de las medidas indicadas y generar alternativas que den respuestas a sus problemas locales sin la intervención de los OASES y la dirección del país.
Me molesta terriblemente ver cómo en otras provincias van detectando los hechos de corrupción que eran conocidos por todos, que sabíamos que estaban desangrando al país y nadie veía, aunque al menos ahora las fuerzas del MININT han reaccionado y salido a la luz, pero los de la Habana que son mucho más grandes ¿Dónde están? ¿Siguen sin verse? porque yo no entendía cómo en las redes aparecía la venta de materiales de construcción y de equipos de todo tipo en la Habana en un sitio llamado “timbirichi” y en “Revolico”, con teléfonos al alcance de todo de localización y aparecía todo lo que nadie puede encontrar en ningún rastro ni tienda de este país. Unido a esto hasta el mes de enero la calle Monte, Reina, Cristina, las ferias y otras de la ciudad brindaban todo tipo de piezas, tuberías accesorios de plomerías, electricidad y productos de aseo que se venden en las tiendas de divisas como los que han sido ocupados en otras provincias, sin embargo aquí solo dos o tres casos de almacenamiento he escuchado que han sido decomisados. ¿Qué quiero mostrar con esto? Qué independiente del nivel de empeño y sacrificio que veo en el Consejo de Defensa de algunas provincias, en otras, no es suficiente, no se revierte en una acción sistemática por cada municipio y Consejo Popular. Es un momento para tener la certeza de que tenemos los cuadros idóneos en las gobernaciones provinciales, municipales y Consejos populares que sean capaces de implementar entre otras que se han visto en Haciendo Cuba, la Ley 132 que es la que determina la eficacia de los municipios en su autogestión, o será que están esperando a que concluya la pandemia para su implementación. Sería muy bueno que crearan una comisión integral a nivel provincial para que estudie en cada municipio cómo se están materializando las medidas indicadas por la dirección del país en el tema de ordenamiento para el aislamiento social, el enfrentamiento en cada barrio, el trabajo de los organismos, zonas de defensa, PNR de cada consejo, delegados y consejos populares. Les aseguro que donde ese engranaje esté bien, no prevalecen los problemas de disciplina social ni incumplimiento de las medidas de aislamiento. Me comentan mis compañeras, que en Centro Habana no se ven ni los carros patrulleros en momentos en que las personas ya están en las calles como si se hubieran levantado o flexibilizado las medidas de aislamiento. Yo misma vivo en Águila y a cada rato tengo que llamar al 106 por la cantidad de personas en la calle, hasta sin nasobuco y formando grupos con música alta y ya ni caso me hacen porque parece que se han cansado de que los llame. Así no podemos. Se desgastará nuestro Presidente, nuestros primeros Ministros, los dirigentes de Salud, nuestro querido Director de Higiene y Epidemiología y seguiremos con el Covit-19.
A pesar del llamado diario de la prensa, el noticiero y todos los medios de divulgación, la conferencia diaria de salud que insiste sobre las medidas, no se observa la respuesta esperada de la población. En la Habana sigue el acaparamiento, las ventas ilegales de los productos adquiridos en las tiendas, están expuestos a la vista de todos en los barrios y lugares habituales: la cerveza de lata, refresco, malta y todo tipo de chucherías que no creo que alguien tenga una fábrica particular que se autoabastezca. Ya yo hablé en un artículo sobre este tema refiriéndome a la novela del Premio Nobel portugués José Saramago “Ensayo sobre la Ceguera”. Falta un ordenamiento mayor en las tiendas de divisas incluyendo las tiendas de equipos que venden en USED y conozco las razones por las que no es posible cerrarlas pero sus jefes deben buscar alternativas que no sean lo que está actualmente provocando las grandes colas y aglomeraciones que ya ni la policía puede evitar, porque además esa no puede ser su función. En esas tiendas más que en ninguna hay que utilizar las ventas virtuales y por otra parte por medio de solicitud y citas de las personas para comprar y eso evitaría las colas de equipos que ni siquiera hay en existencia en las tiendas. Véase en Plaza, Habana Vieja, Centro Habana, Playa. Por qué no se revisa la cantidad de personas flotantes que todavía permanecen en la Habana, viviendo en alquileres ilegales que existen en los barrios y que los jefes de sectores deben conocer ¿Acaso la vivienda está revisando y rindiendo cuenta de eso y del personal que está colado en locales y edificios en peligro de derrumbes de donde se han transitado personas y hoy son ocupados por un lumpens que vive de lo que saca todos los días en la venta de números en las colas y hasta de productos que milagrosamente a pesar de las medidas logra comprar en esas tiendas. ¿Cómo cada municipio a través del Consejo Popular y cada circunscripción puede tener caracterizada esta situación para lograr un enfrentamiento “en tiempo real “ de las indisciplinas y ordenamiento social. Ningún país tiene las posibilidades ni cuenta con un sistema que pueda poner a rayas toda esta situación sin necesidad de toques de queda, ni medidas de choque que afecten la seguridad ciudadana. Llamo a ese análisis particular de causas y condiciones, sin el cual no será posible salir del bache en que hemos caído y sobre todo, la capital. Siempre estaremos en cualquier circunstancia y posición luchando contra todo lo que afecte a la Revolución y dando nuestro aporte en lo que se nos convoque a pesar de nuestras condiciones de fragilidad física. Nunca espiritual. La Habana tiene que revisar lo que está haciendo y cómo está llegando al municipio, consejo y circunscripción y que la gente lo sienta, lo distinga.
Siento un dolor enorme sacar a flote estas miserias humanas ante tanta grandeza por destacar y divulgar, pero duele que estas lagunas puedan convertirse en pantanos horribles que entorpezcan la acción de tanto sacrificio y entrega que se está poniendo en esta obra. Me avergüenza sobre todo porque solo puedo aportar por este medio a la batalla que libra mi país en este momento crucial por el que transita la especie humana, pero desde aquí , y en otras tareas
Yo soy Centro Habanera,y respecto a este caso del aislamiento social....No veo que se estén cumpliendo totalmente las medidas tomadas,muchas personas están en la calle,sin necesidad alguna.Es verdad que otras si salen a buscar la comida en las tiendas pero muchas veces he observado personas jugando dominó en las aceras de las calles,conversando,etc.Quizás sería mejor recrudecer estás medidas, así como establecer un toque de queda porque si los centros que están vendiendo a la población tienen una hora establecida para cerrar.... Qué hacen una persona caminando a las 10 de la noche en la calle....???
Lo que yo daría... por caminar en este momento por ahí.
En la Habana es muy difícil controlas el aislamiento, en el interior del país la situación se va controlando porque es más fácil controlar el aislamiento, pero se necesita que en la Habana se lleve a cabo una cuarentena para controlar el virus. Es necesaria.
Sabemos que la sola existencia de este coronavirus, es algo paralizante, una gran desgracia para la humanidad. Pero ha dado la posibilidad de medir realmente la capacidad y efectividad de los sistemas sociales para proteger y mantener la vitalidad del pueblo que es en definitiva la tarea esencial de cada sistema y gobierno. Por eso es una prueba de la eficacia de sus estructuras, de la capacidad de conducción de sus dirigentes, unido al alto sentido de sensibilidad humana. Todos los resultados hasta hoy han apuntado como siempre que interviene el valor humano y el respeto al hombre y a su dignidad, apunta hacia el sistema socialista, gobiernos progresistas y de izquierda, y otros contrarios al neoliberalismo, unilateralismo y la exclusión, dejando al desnudo la vulnerabilidad del sistema capitalista cuando de atención y derechos humanos se refiere. Ha quedado demostrado que estructuras tan importantes como la salud, la educación y las ciencias no pueden privatizarse, ni mucho menos las grandes industrias que garantizan los recursos imprescindibles para la alimentación y los servicios indispensables de la población así como garantía de empleos. Cuba es ejemplo de estas garantías a pesar del bloqueo, a pesar de las ineficiencias de un grupo grande de dirigentes de base incapaces de preservar y defender con su entrega desinteresada los recursos puestos bajo su custodia para administrarlo correctamente con el ahorro, la vigilancia, evitando el desvío y el despilfarro de los mismos. Pero por cada uno de ellos hay cientos capaces, multifacéticos que gracias a su entrega y desvelo han sabido responder al llamado de la alta dirección del país con el oído bien pegado al piso para captar los latidos de un pueblo que pese a sus indisciplinas, confía ciegamente en sus máximos dirigentes. Hoy cuando la alta dirección del país está enfrascada de modo integral y admirable en la difícil tarea de proteger al pueblo me duele ver que por muy positivos que haya sido nuestra ciencia, las direcciones de salud en una gran cantidad de esferas, sobre todo los hospitales, la entrega absoluta de nuestros médicos, enfermeras, técnicos y obreros de la salud de diferentes posiciones, los transportistas, bodegueros, (excluyo los dependientes de las tiendas, no me han dado ejemplos para confiar en muchos, más bien sigo observando lo contrario) y un grupo de obreros que continúan asegurando la subsistencia del país, entre los que se destaca el campesinado cubano, fiel a sus predecesores; duele ver que hay un grupo y no muy pequeño de dirigentes que han mostrado absoluta ineptitud para enfrentar esta pandemia, si bien es cierto que todas las provincias y municipios tienen diferentes nivel de vulnerabilidades para el contagio, también hay otros que teniendo los mismos peligros potenciales, y han sabido mantener una situación más estable, acompañado de una mejor disciplina y acatamiento de las medidas que en otros lugares: es el caso de Santiago de Cuba, Granma, Camagüey y hasta Isla de la juventud que empezó marcando la más alta taza y ha sabido frenar los contagios. La Habana es verdad que tiene una alta vulnerabilidad, superior al resto de las provincias por las propias características que emana del ser la capital, pero a grandes problemas deben también acompañar grandes estrategias haciendo un mejor uso de sus potencialidades humanas y materiales. La Habana tiene la posibilidad de estructurar un sistema más cerrado de control de la disciplina social, superior a cualquier provincia, incluso los municipios tienen más perspectiva de actuación autónoma que otros municipios del país, pero de esta pandemia debería salir una evaluación efectiva de la capacidad de dirección de los gobernadores, intendentes y Presidentes municipales, que no pueden limitarse solo a esperar soluciones de arriba a los problemas que enfrenta su territorio; es necesario elevar la creatividad incluso en el cumplimiento de las medidas indicadas y generar alternativas que den respuestas a sus problemas locales sin la intervención de los OASES y la dirección del país. Me molesta terriblemente ver cómo en otras provincias van detectando los hechos de corrupción que eran conocidos por todos, que sabíamos que estaban desangrando al país y nadie veía, aunque al menos ahora las fuerzas del MININT han reaccionado y salido a la luz, pero los de la Habana que son mucho más grandes ¿Dónde están? ¿Siguen sin verse? porque yo no entendía cómo en las redes aparecía la venta de materiales de construcción y de equipos de todo tipo en la Habana en un sitio llamado “timbirichi” y en “Revolico”, con teléfonos al alcance de todo de localización y aparecía todo lo que nadie puede encontrar en ningún rastro ni tienda de este país. Unido a esto hasta el mes de enero la calle Monte, Reina, Cristina, las ferias y otras de la ciudad brindaban todo tipo de piezas, tuberías accesorios de plomerías, electricidad y productos de aseo que se venden en las tiendas de divisas como los que han sido ocupados en otras provincias, sin embargo aquí solo dos o tres casos de almacenamiento he escuchado que han sido decomisados. ¿Qué quiero mostrar con esto? Qué independiente del nivel de empeño y sacrificio que veo en el Consejo de Defensa de algunas provincias, en otras, no es suficiente, no se revierte en una acción sistemática por cada municipio y Consejo Popular. Es un momento para tener la certeza de que tenemos los cuadros idóneos en las gobernaciones provinciales, municipales y Consejos populares que sean capaces de implementar entre otras que se han visto en Haciendo Cuba, la Ley 132 que es la que determina la eficacia de los municipios en su autogestión, o será que están esperando a que concluya la pandemia para su implementación. Sería muy bueno que crearan una comisión integral a nivel provincial para que estudie en cada municipio cómo se están materializando las medidas indicadas por la dirección del país en el tema de ordenamiento para el aislamiento social, el enfrentamiento en cada barrio, el trabajo de los organismos, zonas de defensa, PNR de cada consejo, delegados y consejos populares. Les aseguro que donde ese engranaje esté bien, no prevalecen los problemas de disciplina social ni incumplimiento de las medidas de aislamiento. Me comentan mis compañeras, que en Centro Habana no se ven ni los carros patrulleros en momentos en que las personas ya están en las calles como si se hubieran levantado o flexibilizado las medidas de aislamiento. Yo misma vivo en Águila y a cada rato tengo que llamar al 106 por la cantidad de personas en la calle, hasta sin nasobuco y formando grupos con música alta y ya ni caso me hacen porque parece que se han cansado de que los llame. Así no podemos. Se desgastará nuestro Presidente, nuestros primeros Ministros, los dirigentes de Salud, nuestro querido Director de Higiene y Epidemiología y seguiremos con el Covit-19. A pesar del llamado diario de la prensa, el noticiero y todos los medios de divulgación, la conferencia diaria de salud que insiste sobre las medidas, no se observa la respuesta esperada de la población. En la Habana sigue el acaparamiento, las ventas ilegales de los productos adquiridos en las tiendas, están expuestos a la vista de todos en los barrios y lugares habituales: la cerveza de lata, refresco, malta y todo tipo de chucherías que no creo que alguien tenga una fábrica particular que se autoabastezca. Ya yo hablé en un artículo sobre este tema refiriéndome a la novela del Premio Nobel portugués José Saramago “Ensayo sobre la Ceguera”. Falta un ordenamiento mayor en las tiendas de divisas incluyendo las tiendas de equipos que venden en USED y conozco las razones por las que no es posible cerrarlas pero sus jefes deben buscar alternativas que no sean lo que está actualmente provocando las grandes colas y aglomeraciones que ya ni la policía puede evitar, porque además esa no puede ser su función. En esas tiendas más que en ninguna hay que utilizar las ventas virtuales y por otra parte por medio de solicitud y citas de las personas para comprar y eso evitaría las colas de equipos que ni siquiera hay en existencia en las tiendas. Véase en Plaza, Habana Vieja, Centro Habana, Playa. Por qué no se revisa la cantidad de personas flotantes que todavía permanecen en la Habana, viviendo en alquileres ilegales que existen en los barrios y que los jefes de sectores deben conocer ¿Acaso la vivienda está revisando y rindiendo cuenta de eso y del personal que está colado en locales y edificios en peligro de derrumbes de donde se han transitado personas y hoy son ocupados por un lumpens que vive de lo que saca todos los días en la venta de números en las colas y hasta de productos que milagrosamente a pesar de las medidas logra comprar en esas tiendas. ¿Cómo cada municipio a través del Consejo Popular y cada circunscripción puede tener caracterizada esta situación para lograr un enfrentamiento “en tiempo real “ de las indisciplinas y ordenamiento social. Ningún país tiene las posibilidades ni cuenta con un sistema que pueda poner a rayas toda esta situación sin necesidad de toques de queda, ni medidas de choque que afecten la seguridad ciudadana. Llamo a ese análisis particular de causas y condiciones, sin el cual no será posible salir del bache en que hemos caído y sobre todo, la capital. Siempre estaremos en cualquier circunstancia y posición luchando contra todo lo que afecte a la Revolución y dando nuestro aporte en lo que se nos convoque a pesar de nuestras condiciones de fragilidad física. Nunca espiritual. La Habana tiene que revisar lo que está haciendo y cómo está llegando al municipio, consejo y circunscripción y que la gente lo sienta, lo distinga. Siento un dolor enorme sacar a flote estas miserias humanas ante tanta grandeza por destacar y divulgar, pero duele que estas lagunas puedan convertirse en pantanos horribles que entorpezcan la acción de tanto sacrificio y entrega que se está poniendo en esta obra. Me avergüenza sobre todo porque solo puedo aportar por este medio a la batalla que libra mi país en este momento crucial por el que transita la especie humana, pero desde aquí , y en otras tareas
Yo soy Centro Habanera,y respecto a este caso del aislamiento social....No veo que se estén cumpliendo totalmente las medidas tomadas,muchas personas están en la calle,sin necesidad alguna.Es verdad que otras si salen a buscar la comida en las tiendas pero muchas veces he observado personas jugando dominó en las aceras de las calles,conversando,etc.Quizás sería mejor recrudecer estás medidas, así como establecer un toque de queda porque si los centros que están vendiendo a la población tienen una hora establecida para cerrar.... Qué hacen una persona caminando a las 10 de la noche en la calle....???
Vision edulcorada de la realidad. Predomina la indisciplina social