El pensamiento político y emancipador de José Martí está profundamente ligado a la Revolución Cubana, y su legado histórico y patriótico resulta imperecedero.
Sus ideas mantienen vigencia en el quehacer cotidiano de la sociedad, en el ámbito del desarrollo educativo, cultural e ideológico del pueblo.
Desde edades muy tempranas los niños comienzan a conocer y querer la obra martiana. Sus enseñanzas constituyen base material de estudio en las escuelas e instituciones de formación docente del país e igualmente su renovador y avanzado pensamiento político constituye guía para las presentes y futuras generaciones convocadas hoy a erigir el modelo económico y socialista que garantice desarrollo con equidad social y bienestar para todos los ciudadanos.
José Martí es para los cubanos símbolo de humanidad, patriotismo e identidad nacional. Y su imagen se eleva como el estratega de la Guerra Necesaria que logró la unidad de todos los cubanos alrededor del Partido Revolucionario Cubano, con el propósito de alcanzar la definitiva independencia del colonialismo español que en el siglo XIX mantenía vejada la Patria.
Quienes recientemente intentaron mancillar bustos del Apóstol, demostraron con su vil acción ser entes desprovistos de humanidad y patriotismo, al agredir lo más puro y glorioso de esta tierra: su Martí, orgullo de la nación cubana. Pero de manera espontánea muchos condenaron a los pérfidos señores que se atrevieron a agraviar su memoria, y cometer este acto vandálico imperdonable.
El 28 de enero de 1853 en una casita de la calle de Paula, en La Habana, nació el Maestro quien llegó a prócer de la independencia, admirado por todos los cubanos y hombres dignos y de buena voluntad del mundo.
Cuba es martiana y fidelista, y el ejemplo y obra de estos gigantes, Martí y Fidel, continuará siendo perdurable. Sus ideas están por doquier en cada misión de la Revolución, en la campaña contra el analfabetismo, la Universalización de la Enseñanza e integralidad de la Cultura, en cada batalla contra el imperialismo y por sustentar la independencia ante el obcecado empeño de EE.UU. de apoderarse de esta Isla, por la cual lucharon y ofrendaron sus vidas miles de cubanos.