Una curva peligrosa provocada por mal paso en el control de las finanzas colocó a Delis Antonio Espinosa Hernández, propietario del Taller Nueva Delis, en tres y dos. Cada mañana observaba el local repleto de vehículos, en el último inning del tiempo pautado para la entrega a sus clientes y a punto de perder lo acordado en el contrato.

Delis Antonio Espinosa Hernández, propietario del Taller Nueva Delis Foto: Raúl San Miguel

Por un momento sintió cómo descendía la “lomita”, desde la cual visualizaba cada acción por él dirigida, y ni siquiera su estatura de casi seis pies, le permitía mirar a los ojos de sus trabajadores, sin la interferencia de sendas interrogantes sobre su cabeza: ¿pagarles o cerrar? Esa era la cuestión, pendiente a un centímetro de su testa, como la espada de Damocles.

“Fueron momentos difíciles en los cuales se decidía todo mi empeño por levantar este negocio de reparación de autos, consolidar las ganancias obtenidas e invertir en salarios y adquisición de herramientas para ofrecer un servicio de calidad competitiva en un mercado de fuertes posiciones, si tenemos en cuenta la cantidad de talleres de reparación, chapistería, mecánica, entre otros servicios de automotores diseminados por toda la ciudad. Sin embargo, usted puede ver que mantengo mis compromisos como, por ejemplo, el apoyo a la reparación de vehículos del Hospital William Soler. Es una prioridad”, expresa con las manos atrapadas como si pretendiera retener el tiempo y recuperar lo perdido antes del fin de año.

La amarga experiencia le obligó a buscar asesoría jurídica sobre las gestiones para administrar un taller por cuenta propia.

“La organización, el control y la disciplina resultan imprescindibles como regla básica para cumplir, en nuestro caso con un mejor servicio en la restauración de vehículos que llegan en mal estado y debemos garantizar que puedan circular con todos los requerimientos de la seguridad vial”. 

“Considero que el trabajo de los Trabajadores por Cuenta Propia, en sus relaciones sociales con las entidades estatales, debe tener la representación directa y coordinada de una consultoría jurídica, con un abogado que respalde ese trabajo relacionado con la contratación económica, porque el contrato no solo organiza el trabajo, también crea garantías para las dos partes al establecer de forma ordenada, las pautas de una negociación. 

“Considero que el Estado realiza muchos esfuerzos para incorporarnos al desarrollo de las necesidades económicas del país. En este sentido debemos responder con calidad y respeto de nuestro servicio, para evitar situaciones como la que casi llegó a “poncharme” como decimos en términos beisboleros”, asegura este habanero.