La Habana fue escenario del más intenso combate urbano de la lucha clandestina durante la tiranía batistiana, rememorado este viernes 8 de noviembre en la barriada habanera de Lla Víbora, del municipio de Diez de Octubre, sitio donde fueron asesinados Ángel Ameijeiras (Machaco), jefe de acción y sabotaje del Movimiento 26 de julio en la capital, Pedro Gutiérrez y Rogelio Perea (Rogito).

Aquella madrugada del 8 de noviembre de 1958 los vecinos del lugar vieron bruscamente interrumpido su sueño por disparos y ametralladoras, explosiones de bombas y granadas. El ataque iba dirigido a un apartamento del edificio 523, encabezados por cuatro sicarios, entre ellos Esteban Ventura.

El tiroteo fue intenso y prolongado, más de cinco horas de combate hasta que los revolucionarios ya no tenían con qué defenderse. Del edificio salieron detenidos tres jóvenes, heridos pero vivos. En una azotea capturan, herida y en estado de gestación, a Norma Porras, la única mujer del aguerrido grupo.

Foto: Mabel Cazorla

Con la presencia de esta valiente revolucionaria y combatiente de la clandestinidad, compañera de vida y lucha de Machaco Ameijeiras se realizó un acto político-cultural para rendir tributo a los mártires, con la participación de pioneros, estudiantes, trabajadores de la cultura, combatientes y pueblo en general, junto a dirigentes del partido y del gobierno del territorio. La parte cultural estuvo a cargo de los artistas David Álvarez y Anicia Martínez, bajo la conducción de Milene Carmona Hernández.

Foto: Mabel Cazorla