La felicidad se construye a retazos, pequeños y grandes, pero ninguno como la llegada de un techo para quien no lo tiene o lo perdió. De ahí la alegría indescriptible en los rostros de las familias que, tras el paso del tornado el pasado 27 de enero, quedaran prácticamente en la calle, y tan solo ocho meses después son beneficiados con una confortable morada en las nuevas comunidades Thaba y Castanedo.

Ubicadas ambas en Guanabacoa, quedaron oficialmente inauguradas en un acto con la presencia del Presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez.

La ceremonia fue para la honra y el agradecimiento, en primer lugar, al pueblo, el cual, al decir de Armando Díaz, miembro del buró Provincial del partido, realizó la más grande de las proezas al asumir la reconstrucción y desplegar una solidaridad inigualable, “factor principal en el curso de los acontecimientos del proceso recuperativo”.

Foto: Oilda Mon

Pero el reconocimiento se hizo extensivo a los constructores, quienes en el orden colectivo recibieran, los más sobresalientes, la Bandera Proeza Laboral de manos del mandatario cubano; y el certificado Proeza Laboral, entregado por el miembro del Buró Político Ulises Guilarte de Nacimiento, secretario general de la CTC, y Luis Antonio Torres Iríbar, primer secretario del Comité Provincial del Partido, a otras agrupaciones que les siguieran a aquellos en entrega, prontitud y calidad.

Y para los más destacados de manera individual, la Condición Proeza Laboral, depositada en manos de los nueve acreedores por Guilarte de Nacimiento y Reinaldo García Zapata, presidente de la Asamblea el Poder Popular en la capital.

Foto: Oilda Mon

Tras describir el complejo escenario donde hubo de llevarse a cabo la recuperación, en medio del recrudecimiento del bloqueo, Armando Díaz tuvo palabras elogiosas para los “Dignos Hombres de los Cascos Blancos”, a quienes calificara como hombres de acero, “que supieron derribar barreras y defender la Revolución”. 

La angustia y el sufrimiento que anidó en los damnificados ante tanto desastre y destrucción, poco a poco fue cediendo espacio a la tranquilidad y fe ante el empuje de la entrega, la cooperación, la voluntad política y la preocupación y el acompañamiento de las máximas autoridades de la Isla encabezados por Miguel Díaz-Canel, a quien Armando en su intervención trasmitiera el agradecimiento de las familias afectadas, el pueblo y las organizaciones políticas y de masas de la capital. 

Foto: Oilda Mon

El sacrificio, las doble jornadas, el compromiso con el pueblo y el gobernar sin hipocresía, hoy se traduce en 1220 nuevos hogares, 1 377 remodelaciones, rescate y remodelación de 150 industrias y unidades de servicios, además de 78 escuela y 19 centros de salud, eso para no hablar del apoyo y aseguramiento material a 7 mil 250 núcleos.

En la cita participaron, asimismo, Inés María Chapman, vicepresidenta del Consejo de Ministros; René Mesa Villafaña, titular de la Construcción; Carlos de Dios Oquendo, secretario general del sindicato del ramo, y las máximas autoridades políticas y de gobierno de Villa de Pepe Antonio, respectivamente, Edelma Reina Labadi Veitía y Annia Lemus Prieto. Esta última leyó el acuerdo de la Asamblea Municipal, mediante el cual decidieron otorgar la Moneda de Guanabacoa -la más alta distinción que otorga la localidad- a la Organización Superior de Desarrollo Empresarial (Osde) de Construcción y Montaje (Cubacons), como reconocimiento de sus hijos e instituciones, por sus aportes a la recuperación del territorio, uno de los más afectados entre los cinco impactados por el fenómeno hidrometeorológico,  y que ya suma 140 viviendas recuperadas o construidas, de estas últimas 26 en Thaba y 113 en Castanedo.

Al término del acto, el presidente cubano y las autoridades acompañantes recorrieron áreas de las dos comunidades, visitaron sus apartamentos y dialogaron con los nuevos inquilinos.

En la despedida, Díaz-Canel pidió a los capitalinos, en materia de edificaciones, mantener el mismo ritmo que les impusiera el tornado.