Múltiples son las historias de milagros ocurridos en La Habana a lo largo de sus 500 años de existencia, así como los sitios de ensueño que, pese al paso de los siglos, aun son capaces de encantar a los viajeros. En el Balneario de Santa María del Rosario, ubicado en el poblado de igual nombre, en el municipio de Cotorro, se dan ambas condiciones.

A sus aguas muchos las catalogan de milagrosas por los efectos curativos que tienen sobre diferentes enfermedades. La historia recoge que el Conde de Casa Bayona, Don José de Bayona y Chacón, enfermó de gota en el lejano año de 1727, y fue curado de sus dolencias gracias a los baños que un esclavo de su dotación le daba con las aguas procedentes del manantial donde posteriormente, en el año 1835, se levantó el balneario.

El paso del tiempo, y errores en algunas acciones de mantenimiento, hicieron que el balneario tuviese que parar la mayoría de sus tratamientos en el año 1997. Ahora, a las puertas de los 500 años de la ciudad, todo hace indicar que pronto la emblemática instalación volverá a abrirse para el público. Con el fin de conocer sobre lo que allí ocurre, Tribuna de La Habana conversó con Roberto Hernández Li, especialista en Medicina física y Rehabilitación y profesor de la Escuela de Medicina Victoria de Girón, y con la licenciada Telkis García Hernández, directora del Balneario de Santa maría del Rosario.

Roberto Hernández Li lleva 33 años trabajando en el Balneario. Foto: Oscar Alvarez Delgado

Roberto Hernández Li nos comenta sobre sus inicios en el balneario, a donde llegó hace 33 años: “Después de haber hecho reumatología y clínica, visitamos el balneario y nos fueron de mucho interés las actividades que se realizaban y los resultados que se obtenían. Sus aguas se conocen desde la época de la fundación de la Villa, en 1732.

“En las pechinas que están en la iglesia se ve a los esclavos trasladando, en primer lugar, las aguas del balneario a la residencia del Conde de Casa Bayona, para después hacerle los baños con los cuales logró curar su reumatismo. En documentos oficiales, como el folleto de ciencias naturales de la Escuela Española de Medicina, de 1850, ya se decía que, con más de 50 años de uso, sus aguas todavía seguían siendo muy demandadas en el mundo entero. Por esa época a Cuba la visitaban muchas personas, sobre todo de la metrópolis, quienes salían encantados con los efectos curativos de estas aguas”.

¿Qué afecciones curan o alivian?

–En aquel momento eran las enfermedades osteoarticulares, después se fueron modificando a medida que aparecieron otros descubrimientos científicos, y se fueron detectando otras patologías en los pacientes.

“Por ejemplo, el Conde tenía un reumatismo articular, pero producto de la gota según está en los anales y no enfermedad de origen autoinmune, como una crisis reumatoide, por ejemplo. Por eso mejoró tan eficazmente con las aguas de Santa maría, debido, en primer lugar, a que son capaces de intercambiar sales a nivel del organismo y en segundo porque son diuréticas y resolutivas, capaces de darle a la piel descanso, sanidad y hacer que trabaje como es debido, porque el intercambio de electrolitos y líquidos puede atravesar la piel.

Las tareas de mantenimiento también buscaron hacer más agradable la permanencia de trabajadores y pacientes. Foto: Oscar Alvarez Delgado

“Después, con el desarrollo del conocimiento científico técnico y de las ciencias médicas, se trataban enfermedades de la piel. Inicialmente se trataron dolencias de curso inflamatorio, como la dermatitis ocupacional –que no se llamaba así en ese momento-, la dermatitis de tipo alérgica y las enfermedades del esqueleto, y se vio que las afecciones reumáticas también resolvían. Por eso nosotros éramos tributarios y teníamos tanta demanda del Instituto Nacional de Reumatología.

“Con el continuo aumento de los conocimientos, comenzamos a trabajar anexos al Hospital Julito Díaz en la rehabilitación de pacientes poli traumatizados o con enfermedades heredo degenerativas, y con traumas o accidentes cerebro basculares, porque se demostró que estas aguas eran óptimas para la recuperación de estos pacientes. También se vio que curaban a quienes entraban con una dermatitis de tipo infecciosa, (una piodermitis o una parasitosis de piel), quienes resolvían sus problemas con tremenda eficacia, calidad y respuesta al tratamiento de las aguas minero medicinales”.

¿Cuántos años hace que no se ponen en funcionamiento las aguas del balneario?

-En 1997, debido a una contaminación detectada, se dejaron de emplear las aguas curativas en las bañeras, sin embargo, el balneario no dejó de funcionar. A pesar de ello, los pacientes han seguido viniendo a buscar las aguas, lo cual demuestra que esa contaminación ni era tan perjudicial, ni tan severa”.

Vista parcial del solarium y de la entrada del balneario. Foto: Oscar Alvarez Delgado

“Aquí hay personas que siguen usando estas aguas, no solo para uso externo, sino también para beber, porque son diuréticas, coleréticas, ayudan al funcionamiento de vesícula biliar, al hígado y, además, ayudan al riñón a evacuar sus líquidos de retención. Este ha sido un trabajo extraoficial, pero a pesar de ello, aun hay pacientes que vienen con sus galoncitos a llevarse agua. La otra parte que no se ha dejado de usar nunca es el pediluvio, donde los pacientes vienen a meter sus pies, echarles agua a sus manos y a beberla.

“Alrededor del 2000 se hizo una restauración, pero en ese momento hubo dificultades técnicas, no se cumplieron los requisitos que se exigían para tener un balneario de óptima calidad, y no se cumplieron las demandas técnicas de hidrogeología. Tal es así, que los pozos anteriores los deterioraron. No con mala intención, pero sí por desconocimiento, los bloquearon, dañaron, y ahora fue necesario volver a perforarlos cumpliendo con los requisitos planteados para ello.

“Aquí existía preocupación y temor de bañar un niño de seis meses con un impétigo severo. Pero cuando era tan severo, que uno lo veía hasta con riesgo de su vida, y los empleos de la cantidad de antibióticos y lociones locales, le decíamos a la mamá: te bañas con él. Vamos a hacerle el tratamiento 48 horas, si la evolución es satisfactoria lo completamos. Y se curaban.

“En el área del techo tenemos el solario, allí se aplicaban queloides totales, porque había tumbonas, y el queloide sulfuroso necesita de sol. Esa es una técnica de la cual se encargaban los especialistas de dermatología del balneario. Además de la atención de dermatología natural, también la hacíamos por afecciones patológicas, donde se atendía la cosmética y demás afecciones de piel que requieren de tratamientos más específicos.

“Aquí también hacíamos técnicas de electro fulguración, y todas las de dermatología quirúrgicas, incluida la erradicación de tatuajes, eliminación de nevus y verrugas. Algo muy bueno era el tratamiento con los peloidos sulfurados, las aguas cargadas de ácido metasilícico y sulfato, que eran capaces de conseguir el mejoramiento del volumen y la cantidad del cabello. Además, actúan en los estados de infertilidad de la mujer, pues con los tratamientos aquí aplicados muestran un índice muy elevado de mujeres que lograban concebir”.

¿Qué persigue esta restauración capital?

-En primer lugar, crear condiciones adecuadas, las mejores posibles, para que el pueblo de Cuba siga recibiendo su tratamiento, pero con más calidad. Sin embargo, estamos altamente preocupados porque tenemos autorizado el equipamiento del balneario desde la reparación que se hizo en el 2000 y no se ha entregado por las condiciones en que se encuentra, que no han sido las óptimas.

“Nosotros podemos sacar las aguas con la bomba que se ha montado, pero la trabazón la vamos a tener con la parte de fisioterapia. Este es un trabajo de equipo, donde todos tienen que poner un granito de arena, desde los cuidadores de los baños, hasta los técnicos de fisioterapia. Eso es lo que va a determinar el rescate del prestigio con que contaba este balneario.

“Aquí, por la demanda que teníamos, podíamos competir con los balnearios de San Diego y de Elguea, que no atendían el volumen de pacientes que atendíamos nosotros. Solo necesitamos condiciones para poder hacer.

“Antes contábamos con un especialista en medicina natural y tradicional que hacía las funciones de médico general integral y se ocupaba de la psiquis y el estado de sanidad de los pacientes, porque nunca pedimos que vinieran remitidos. Aquí aceptábamos los pacientes por grupos, por planes organizativos para los mayores, adultos de la tercera edad y hasta para los niños de escuela. Con estos últimos se trabaja en la terapia de grupo para niños asmáticos, con trastornos, incluso con aquellos que llegaban con limitaciones físico motoras o sensoriales, los llamados paralíticos cerebrales de la infancia. Los pacientes de reumatología fluían por cientos, llegados constantemente del instituto, y los que se agregaron sin remisión”.

La instalación cuenta con 20 bañeras como esta. Foto: Oscar Alvarez Delgado

El aniversario 500 de la ciudad, ¿una bendición para el balneario?

-Yo pienso ha sido la cosa más elegante que ha ocurrido. Creía que al balneario le quedaba muy poco, y me decía, voy a tener que buscarme una nueva plaza de trabajo, sin embargo, ha renacido.

¿Cuáles serán los servicios que brindará el balneario una vez reinaugurado?

-Dermatología, medicina natural y tradicional, y rehabilitación. La cantidad se determinará posteriormente, porque estamos prácticamente sin personal. Según el número de trabajadores con que contemos, así será el volumen de pacientes que podremos atender.

¿Cómo está concebida la estancia del paciente en las bañeras?

-A la llegada de los pacientes al balneario, el especialista en medicina natural y tradicional les hace el control funcional o biológico, e indaga sobre las enfermedades de que padece, y cuales tiene controladas, las que tiene más o menos bajo control y aquellas que están descompensadas”.

“Hay pacientes que vienen a controlar sus parámetros clínicos al balneario, por ejemplo, la hipertensión arterial. Una vez que el paciente lo dice, el médico tiene en cuenta que las aguas se van a utilizar en un hipertenso que va a mejorar su patología de base y su estrado general completo. Por lo general son personas que llegan deprimidos y, cuando se marchan, se van nuevos, otros entran en sillones de ruedas y se van andando. Ahora, lo que necesitamos es arrancar y demostrar que es cierto cuanto aquí ocurrió”.

Aguas prodigiosas, curativas, ¿cómo las llamaría?

-Así se llaman, las aguas del Balneario de Santa María son aguas prodigiosas, maravillosas. Si no, yo no habría luchado tanto por ellas.

“Quienes más pueden hablar de estas aguas, son los viejos del instituto de reumatología, que nos mandaban los pacientes en sillones de rueda por una artritis reumatoide y otras afecciones. Esas personas evolucionaban muy bien, ellos son portadores que no van a sanar para toda la vida, pero que tienen un periodo de sanidad muy grande”.

La idea, en un principio, ¿sería atender pacientes nacionales y en un futuro a foráneos también?

-Las direcciones de nosotros y los organismos competentes deben de determinar eso. Si turismo tiene algún interés debe de venir a ver qué creen ellos. Lo que sí no podemos olvidarnos es que cuando nosotros logremos arrancar, los primeros que van a entrar, son pacientes nacionales.

¿Cómo sería el acceso a la instalación, por su cuenta o mediante remisión?

-Pienso que debe ser mediante remisión, al menos de forma transitoria, para que exista un control. Si no va a ser muy difícil. Además, hay que tener en cuenta las condiciones del transporte, máxime en estos momentos, y es muy difícil que alguien llegue aquí por sus medios y le digan que no se puede atender”.

La Licenciada Telkis García Hernández comenta que se ha hecho una reparación capital por parte del gobierno de nuestro municipio, que ha invertido más de cinco millones de pesos con el fin de restaurar el funcionamiento de las aguas y mejorar las condiciones de atención a los pacientes en busca de alcanzar una atención de excelencias hacia todas las personas que vengan, sean nacionales o extranjeros.

“La restauración llevó trabajos en todo el bloque uno, el cual era el más deteriorado y donde se encuentran la consulta de MLT, la de dermatología y las 20 bañaderas con que contamos, de las cuales las dos primeras son dobles, concebidas así para matrimonios, familias u otras personas afines que se puedan bañar en esas dos bañaderas, el resto son individuales.

“También se restauró el centro de elaboración y la cafetería, que prestará servicio por parte de gastronomía, además del área de información. Hasta este momento, lo que tenemos orientado es que la instalación prestará servicios a toda la población de La Habana. Además de las empresas contratadas para asumir los trabajos, contamos con el apoyo de muchos trabajadores de Salud Pública y empresas de nuestro municipio, así como los compañeros de Cabildo, la Antillana y otras empresas, que tuvieron tareas en la reparación”.

¿Bondades del balneario?

-El servicio que se le presta a la población con el fin de mejorar el confort y la calidad de vida, porque con dolor no se puede vivir. Y tal vez no se cure totalmente, porque hay padecimientos que van con la edad de las personas, pero tratamos de aliviarlos.