El Día Internacional de las personas de edad  se celebra cada 1 de octubre con el objetivo de concienciar a la opinión pública mundial en la necesidad de tener en cuenta los desafíos del envejecimiento de la población en el siglo XXI y promover el desarrollo de una sociedad para todas las edades.

Este año tiene como tema: Viaje hacia la igualdad de edad, a fin de sensibilizar y concienciar sobre las desigualdades durante la vejez e incidir en cómo estas reflejan las desventajas a lo largo de la vida, resaltando el riesgo intergeneracional de un incremento de la desigualdad durante la vejez.

A su vez, explorar los cambios sociales y estructurales en el marco de las políticas del curso de la vida, tales como el aprendizaje permanente, medidas laborales proactivas y adaptativas, protección social y cobertura sanitaria universal.

Además, reflexionar sobre las prácticas, lecciones aprendidas y el progreso alcanzado en la eliminación de las desigualdades a las que hace frente este grupo etario, así como evaluar los esfuerzos encaminados a cambiar los estereotipos que afectan a la vejez.

La temática de esta conmemoración está estrechamente ligada con el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 10, que busca hacer frente a las desigualdades que afrontan actualmente las personas mayores, y cómo prevenir las formas de exclusión que surgirán en el futuro.

Este se ocupa de la reducción de la desigualdad en y entre países, y persigue garantizar la igualdad de oportunidades y reducir las desigualdades, lo cual se puede conseguir a través de medidas para la eliminación de la discriminación y la potenciación e inclusión social, económica y política de todos, independientemente de la edad, sexo, discapacidad, raza, etnia, origen, religión o estado económico o cualquier otra condición inherente al ser humano.

A menudo las disparidades en la vejez reflejan desventajas caracterizadas por factores como el lugar, género, situación socioeconómica, salud, ingresos, etc. Entre 2015 y 2030 se espera que el número de personas de 60 años o más, aumente de 901 millones a 1 400 millones.

El incremento del envejecimiento poblacional y la desigualdad económica tienen un importante componente generacional. Además, el rápido envejecimiento de la población, junto a los cambios demográficos, sociales o estructurales pueden agravar las desigualdades a las que se enfrentan las personas mayores, limitando el crecimiento económico de un lugar, así como su cohesión social.

En los últimos tiempos existen gobiernos que han incorporado políticas innovadoras, relacionadas con los sistemas de salud, seguridad social o bienestar de las personas de la tercera edad. Las administraciones públicas han creado nuevas instituciones o modernizado las existentes con el fin de tratar de responder a los problemas a los que este grupo poblacional se enfrenta.

Se han formulado políticas basadas en el principio de un envejecimiento activo y con autonomía, para que puedan mantener una vida independiente en su casa, con servicios e instalaciones que satisfagan sus necesidades. Otros hacen hincapié en las relaciones familiares y el apoyo a la unidad familiar como fuente primaria de atención con el apoyo de la comunidad.

No obstante, las personas de la tercera edad se enfrentan a diario a las incomprensiones y desigualdades sociales, y en particular las mujeres, tienen que afrontar además, las desigualdades de género, las cuales repercuten de manera más marcada en la educación y el empleo, en esta etapa de la vida.

Por esta razón, se afirma que las mujeres mayores tienen más probabilidades de ser pobres que los hombres. Con frecuencia son ellas las que asumen las mayores responsabilidades en la atención a la familia. Se enfrentan a condiciones de trabajo inflexibles, y pensiones y otros beneficios sociales insuficientes.

La Declaración Política y el Plan de Acción Internacional de Madrid sobre el Envejecimiento, aprobado en el 2002, planteó la necesidad de un programa sobre el envejecimiento y los Estados Miembros se comprometieron a promover y proteger los derechos humanos y pidieron la eliminación de la discriminación contra las personas de edad, así como, el abandono, los abusos y la violencia contra ellos.

Entre sus prioridades están la igualdad de oportunidades laborales, programas para adquirir protección y seguridad social con pensiones, seguros por discapacidad y prestaciones sanitarias; igualdad de acceso a los servicios de salud, importancia de la formación continua, la orientación profesional y los servicios de contratación para mantener una máxima capacidad funcional y mejorar el reconocimiento público de la productividad y contribuciones de las personas de edad.

Atención del adulto mayor en Cuba

Uno de los programas priorizados por el estado cubano es la atención a este grupo etario, por lo que se les brinda especial atención mediante el Programa Integral de Atención al Adulto Mayor que consta de tres subprogramas: Atención comunitaria, Atención institucional y Atención hospitalaria.

Las personas de edad que lo deseen, pueden integrarse a la Cátedra del Adulto Mayor. La primera se fundó en el 2000 en la Universidad de La Habana. En estas se imparten asignaturas que contribuyen a su cultura general integral. La Universidad del Adulto Mayor demuestra que nunca es tarde para adquirir nuevos conocimientos y cambiar la forma de vida. También se pueden integrar a los Círculos de Abuelos en los que realizan actividades físicas, recreativas y culturales.

Nunca es tarde para comenzar una vida más sana, en la que realicen ejercicios físicos y cultiven su mente. Dentro de sus posibilidades deben mantener una nutrición adecuada. Promover sus capacidades, participar en las actividades de la comunidad, adquirir nuevos conocimientos y compartirlos con las amistades. Asistir a excursiones, teatros, cines, exposiciones, conciertos o festivales.

Pero sobre todo deben ejercer y defender sus derechos como ciudadano y mantener una elevada autoestima. Expresar sus sentimientos, disfrutar los logros y aceptar los tropiezos y fracasos. Deben procurar sentirse bien consigo mismo y contribuir a su desarrollo personal, familiar y de la comunidad, con un proyecto de vida que les permita crecer cada día, sin detenerse. 

Foto: Radio Rebelde

El envejecimiento no presupone un período de deterioro funcional, en especial si se mantiene una vida física, mental y social activa. La sociedad debe brindarle al adulto mayor el espacio social que por derecho le corresponde, con paciencia y amor. No basta con prolongarle la vida con los programas de salud, sino, forjarle un adecuado futuro que le permita alcanzar una adecuada calidad de vida en los años venideros.

Referencia: Sitio web de la ONU