El calor se alterna con algunas lluvias. En los pequeños charcos, los huevos depositados por las Aedes aegypti, eclosionan, dando paso a las larvas que volarán mañana. De no exterminarlos a todos, crece el riesgo y en el verano, este peligro se multiplica.
Está atento el país y La Habana, y dentro de ella, La Habana Vieja, donde el mosquito transmisor del dengue, zika, chikungunya y fiebre amarilla, se aprovecha de cada descuido, tanque o vasija sin tapa, cascarón de huevo, vaso espiritual o bebedero de animales que encuentre en su camino.
Manos a la obra
En medio de cambios climatológicos y el desafío que el Aedes pone en el tablero, jugarle cabeza es la opción. De acuerdo con la doctora Yunia Pérez Díaz, directora municipal de salud de La Habana Vieja, ese territorio, al igual que el país, “está inmerso en una etapa diferente, dado por los altos índices de infestación, acorde a todos los cambios climatológicos que han estado ocurriendo y a la situación que tenemos en todas las Américas”.
“La alta infestación de mosquitos Aedes aegypti representa que tenemos todas las condiciones para la transmisión de arbovirosis y la única manera de luchar contra esto es eliminar todo posible foco de vector”, destaca la doctora.
En la parte más antigua de la ciudad se trabaja de manera intensiva en dos áreas, todas las manzanas que atiende el policlínico Ángel Arturo Aballí y 37 correspondientes al policlínico Robert Manuel Zulueta. “En el resto de las tres áreas de salud estamos trabajando por radio batida que consiste en todas las acciones que le hacen a casos de febriles y focos”.
“En esta etapa intensiva, todo el personal del sistema de Salud está involucrado en la lucha antivectorial, además de personas movilizadas de la Unidad Básica de la Industria Alimentaria (UBIA), Comercio y Gastronomía y 45 soldados del Ejército Juvenil del Trabajo (EJT)”, explicó Ramón Amor Valdés, jefe del Departamento de Vigilancia y Lucha Antivectorial en La Habana Vieja.
Participan 85 campañistas y 46 bazucas –todas activas, 20 para tratamiento adulticida intensivo en dos áreas de salud y 26 para radio batida. “Tenemos todas las condiciones creadas y los recursos garantizados, tanto humanos como materiales”, sostuvo Amor Valdés.
Todos para uno
En algunas zonas de La Habana Vieja, el agua entra cada cuatro-cinco días, lo que lógicamente lleva a las personas a guardar agua en cuanto recipiente dispongan. En no pocas ocasiones, estos permanecen sin tapa, corriendo el riesgo de convertirse en nidos perfectos para los Aedes.
Como en el municipio casi el 90 por ciento de los focos se detecta en depósitos útiles en el hogar, las autoridades sanitarias llaman a la población a unirse “en este esfuerzo para el cual el país ha garantizado los medios necesarios para todas las acciones de la campaña antivectorial”.
Para la directora municipal de salud, “la manera que tenemos como salud pública y como pueblo de responder a esto es sumarnos en la batalla contra el vector, es hacer el autofocal en las casas y que cualquier persona con sintomatología de dengue acuda de inmediato a una institución de salud”.
Cada miércoles, cerca de las seis de la mañana, se realiza un tratamiento extradomiciliario. “Aquí, igualmente, necesitamos la colaboración de la población, que debe abrir las puertas para que penetre el humo y así matar el mosquito Aedes aegypti”.
Inteligencia viva
Esta especie ha demostrado su efectividad a la hora de adaptarse para sobrevivir. De acuerdo con Bárbara Díaz, jefa del Departamento de Vectores del policlínico Diego Tamayo, el huevo del mosquito puede estar hasta 13 meses en las paredes húmedas del recipiente.
“Ese tanque puede trasladarse hacia otro lugar y al año, al caerle agua a los huevos, estos eclosionan y salen las larvas. Por eso es tan importante el cepillado de los depósitos, para la destrucción de los huevos”, enfatiza. Y el calor, dice, acelera el proceso de eclosión, por eso la mayoría de los casos ocurren en el verano.
Consejos sabios
La doctora Jenny Núñez Fernández, directora del Policlínico Diego Tamayo, insiste en los consejos de siempre, que algunas veces desoímos: tapar adecuadamente los tanques, revisar las gavetas del frío, los artículos religiosos que lleven agua y los bebederos de los animales y barrer bien las azoteas, de manera que no se acumule el líquido.
Otra recomendación es no botar el agua donde los operarios echaron abate, pues su efecto dura 60 días y de botarse, el depósito queda desprotegido. No menos importante es la fumigación y dejar la vivienda herméticamente cerrada por no menos de 45 minutos, vía para erradicar los mosquitos.
Ante el peligro de lo peor, “es muy importante que quienes se sientan mal acudan al médico. Mientras más rápido se aísle ese febril, con sintomatología que apunte a una arbovirosis, menos se transmite la enfermedad, porque evitamos que el mosquito pique a la persona enferma y siga picando al resto de la población”, afirmó Pérez.
La persona, destacan las doctoras, se siente confiada si le dejó de dar fiebre al segundo o tercer día, pero a partir de ahí pueden comenzar a manifestarse signos de agravamiento, cuando bajan las plaquetas y pueden producirse sangramientos.
En la actualidad, especificaron, en las Américas circulan varios serotipos de dengue y entre ellos, el dos, que con mayor frecuencia produce el hemorrágico. “Esta enfermedad deja inmunidad por unos seis meses, sin embargo, puede volver a contraerse y los síntomas pueden resultar más graves. Tienen que pasar varios meses para recuperarse de los dolores, el decaimiento y otras secuelas”, sostuvo Núñez.
El mosquito es de todos

La doctora Susana Gálvez Henry, del consultorio 10, del policlínico Diego Tamayo, ha insertado en su práctica habitual leerle la cartilla a su población: hacer el autofocal diario, además del que realiza la campaña y sobre todo, no dejar de fumigar.
Esas recomendaciones las escuchan también en las audiencias sanitarias en la escuela primaria Oscar Lucero y un centro de Tabacuba, ubicado en su zona.

De acuerdo con la directora municipal, la lucha contra el mosquito lleva una acción de todo el mundo. “Es multifactorial, nos acompañan las organizaciones de masas, los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), educación y la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), que en las discusiones sobre el ahorro energético, ha incluido las audiencias por las arbovirosis.
“Cada centro de trabajo tiene que interiorizar que es responsable de que no haya focos de mosquito dentro de la institución, eso es responsabilidad administrativa netamente y se está siendo muy rigurosos con cualquier centro que haya resultado positivo”.