Con la realización del Taller de integración de actores sociales alrededor de la Tarea Vida en Centro Habana se dan los primeros pasos para hacer realidad, desde las comunidades, el Plan de Estado para el enfrentamiento al cambio climático.
Organizado de conjunto entre el Grupo de Trabajo Estatal Bahía de La Habana y el gobierno de ese municipio habanero, en el encuentro confluyeron especialistas de los diferentes sectores: educación, salud, planificación física, vivienda, trabajo y seguridad social, entre otros, junto a delegados de base, presidentes de consejos populares y autoridades municipales.
Según declaró Yohana Socarras Estable, directora de Educación Ambiental del Grupo de Trabajo Bahía de La Habana, el objetivo fundamental del taller fue lograr la articulación entre los diferentes actores sociales del territorio y otros que no son del territorio, pero que trabajan la temática ambiental, enfocada a la adaptación y mitigación de los impactos asociados al cambio climático, con vista a implementar la tarea número 10 del Plan de Estado para el enfrentamiento al cambio climático (Tarea Vida).
Ese acápite, destacó, persigue integrar los diferentes actores sociales en la búsqueda de toda la información existente en el territorio, estudios e investigaciones asociados al tema, la elaboración por parte de las instituciones presentes del plan interinstitucional para la implementación de la Tarea Vida en el territorio, y establecer las alianzas necesarias para llevarla adelante.
“La bahía de La Habana es una de las zonas priorizadas dentro del Plan de Estado. Una de las tareas que abarca este plan es elevar la percepción de riesgo de la población y lograr una mayor participación de la ciudadanía en el enfrentamiento al cambio climático”, apuntó Socarras.
Nuestra institución, explicó, al trabajar con una población de más de 900 mil habitantes, unos más vulnerables que otros a los impactos del cambio climático, constituyen prioridades en cuanto al trabajo con estas poblaciones.
Dentro de las prioridades, decidieron trabajar, en primer lugar, con los municipios costeros, los más vulnerables, en estos casos están Regla, Centro Habana, La Habana Vieja y La Habana del Este.
Recientemente, se concluyó la experiencia en La Habana Vieja, donde se logró laborar con directores y profesores de todas las escuelas, grupos gestores comunitarios ambientales, representando a la población de los siete consejos populares del territorio; directivos de las empresas, coordinadores ambientales y agrupaciones de personas con discapacidad, para capacitarlos en temas asociados al cambio climático, a los peligros, vulnerabilidades y riesgos.

El recién iniciado proceso, incluirá intercambio con el gobierno local, un estudio de percepción inicial para diagnosticar los conocimientos de la población sobre el tema y a partir de ahí proyectar el programa de capacitación. Tras su implementación, se realizaría un segundo estudio de percepción para ver si realmente todas las acciones de preparación tuvieron impacto. Por último, se realiza la evaluación y sistematización del proceso y se extraen las lecciones aprendidas, que permitirían luego extenderlo y generalizarlo al resto de los municipios de la cuenca de la bahía, que totalizan 10 de los 15 en que está dividida La Habana.
Valoraciones
Para Silvia Pell, presidenta de la Sección de Medio Ambiente de la Sociedad Económica de Amigos del País, este espacio es importante y necesario, porque aquí están confluyendo los actores esenciales y fundamentales, aunque no están todos, que pueden dar vía a que esta información llegue a la población.
“Un buen ejercicio ha sido este taller, porque toda vez que los actores declaran cuáles son los otros ausentes. Esta es una actividad encauzada a la verdadera articulación de cada actor, donde todos son sustantivos, todos son necesarios, como es en la vida y en la sociedad”, dijo.
A su juicio, no puede haber una actividad de comunales sin la ciencia, como mismo no pueden existir estudios de percepción sin que esté el personal de salud. Este es un paso necesario para entender y que la población tenga una mejor percepción de riesgo, que es el objetivo final”.
De acuerdo con Darién García, trabajador por cuenta propia, en representación de la Cooperativa No Agropecuaria Buena Vista, como sector privado, si nos llaman a este tipo de actividades, nos sumamos.
“Podemos trabajar juntos, en la cooperativa de construcción lo que pudiéramos estar haciendo es no solo colaborar con la limpieza, sino también que lo que hagamos no contamine, que no vaya en contra, sino que apoye la Tarea Vida”, destacó.
Para Adriana Peñalver, especialista principal de la Dirección de Educación Ambiental en el área de trabajo comunitario, este primer taller es muy importante, porque es la forma en que podemos tener instituciones, actores, para poder implementar la Tarea Vida en el municipio Centro Habana. “Sin este primer encuentro, la tarea no tendría un desarrollo y un feliz término porque depende justamente de todos ellos, su compromiso y sus deseos de actuar entre otros e impulsar las diferentes acciones que se programen y realicen”.
Alcance Objetivo: Elevar la percepción del riesgo y aumentar el nivel de conocimiento y el grado de participación de toda la población de Centro Habana en el enfrentamiento al cambio climático. Públicos metas: Grupos Gestores Comunitarios Ambientales (GGCA), líderes formales de la comunidad, Promotores Ambientales, estudiantes y pioneros, directivos y especialistas de instituciones locales, directores de escuelas. Beneficiarios directos: 740 estudiantes de 37 escuelas, 37 directores de escuelas, 100 personas miembros de los 5 GGCA, cinco líderes formales de la comunidad. Beneficiarios indirectos: 135 mil 155 personas habitantes de Centro Habana. |