Con ¡vivas! a Venezuela y expresiones de solidaridad para con sus hijos y dirigentes, por parte de combatientes y trabajadores civiles del Estado Mayor del Ejército Occidental (EO), concluyó la ceremonia de firmas de apoyo a la carta que Nicolás Maduro Moro, presidente constitucional de ese país, enviara al secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, con el reclamo de que el organismo internacional exija el cese bloqueo, por parte del gobierno estadounidense, así como también la brutal agresión, de índole económica, política y financiera, mediante la cual Washington pretende subvertir el orden en la nación latinoamericana.
El coronel Leonel de los Ángeles Peña leyó la misiva, en la cual además del recuento de las hostilidades, presiones, chantajes y actos injerencistas, el presidente Maduro pide que la ONU eleve su voz ante tan injusta y vil agresión, y demanda protección para su pueblo frente a “este insólito crimen", en el ejercicio del “pleno derecho que tienen todos los habitantes de nuestra patria al desarrollo humano y a la vida plena".
Posteriormente tomaron la palabra el soldado Oliver González Capote, la teniente Pilar María González López, el coronel Jorge Luis Alonso Contreras, jefe de la Sección Política del EO, y el Teniente Coronel, este último en condición de trabajador civil, para expresar, cada uno con sus modos y en representación de las categorías que representan, su adhesión a los requerimientos y demandas de los venezolanos, condenar la injusta política de asfixia que, contra ellos, ponen en práctica los actuales inquilinos de la Casa Blanca y cuyas consecuencias los cubanos conocemos bien en carne propia, y ratificar que Cuba no se amedrentará nunca cuando de defender una justa causa se trate y por sus hermanos de Latinoamérica estará dispuesta a ofrecerlo todo.
Y como colofón, las hojas de rúbricas se tiñeron del verde olivo que identifica a las invencibles Fuerzas Armadas Revolucionarias que, a lo largo de seis décadas, han defendido la soberanía de nuestro pequeño, pero digno archipiélago, frente a la agresividad del mismo imperio desalmado y poderoso que ahora quiere intimidar, sin éxito, a la fraterna Venezuela.

                                            
                                            
                                            
                                        
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