La techumbre de guano y la estructura de madera se han escondido entre los árboles. Pero el cartel aclara a los visitantes que no se han equivocado. En la calle 7ma., entre 24 y 26, está ubicado el restaurante El Aljibe, donde la tradición se asentó hace 26 años para repetir una vieja historia. 

Érase una vez 

El restaurante El Aljibe fue fundado en 1946 por los hermanos Pepe y Sergio García, quienes continuaron la historia a partir de 1952 en el restaurante Rancho Luna del Wajay y, luego, en 1959, el Rancho Luna del Vedado, hasta 1964.

El 13 de agosto de 1993, Sergio pudo poner en práctica su idea de un nuevo Aljibe, donde la familia García siguió entregando a la clientela el fruto de una receta familiar guardada: una manera propia y exclusiva de asar el pollo, para acompañarlo de frijoles negros dormidos, arroz blanco, ensaladas de estación y plátanos fritos, en chicharritas y tostones, en dependencia de ser verdes o maduros. 

El restaurante tiene un plato que solo se consigue con una receta bien guardada. Foto: Raquel Sierra

En 1993, abrió con 88 capacidades, que en 1995 tuvieron que ampliar hasta 150. Un año más tarde llegó un segundo estirón, para sumar las 280 plazas que mantiene hasta hoy. 

“Son 26 años y mantiene la calidad de la comida, conservando el secreto del pollo, que es la especialidad de la casa, tratando de garantizar los sabores originales de la comida”, dice Laura Rebollo Vega, directora desde hace casi un año del restaurante El Aljibe, del grupo extrahotelero Palmares. 

Según la directora, “es una oferta que se ha mantenido durante todo este tiempo, con el mismo precio, que resulta atractivo para los clientes: por 12 pesos convertibles (cuc) se puede consumir y repetir, mientras puedan”. 

Nosotros, los de entonces… 

Renació un producto que fue líder en los años 50 y que se convertiría rápidamente en el restaurante número uno de Cuba, el más visitado, de mayores ventas y utilidades y que fue reconocido como marca en menos de cinco años de su nueva generación.

Mantener un restaurante por 26 años, enfatiza Laura, “lleva mucho trabajo y dedicación, y se puede gracias a que tenemos entre nuestros trabajadores a fundadores y a otros que llevan mucho tiempo, quienes desde que abrió tratan de mantener y mantienen el concepto del restaurante”. 

Una de las fundadoras es Jaqueline García Díaz, dependiente, quien confesó: “desde que llegué aquí, ha sido una gran experiencia y una escuela, todo lo que nos enseñó el maestro Sergio García, el fundador. El mayor orgullo que tengo es llevar 26 años trabajando en este lugar”. 

El bar Mesié recuerda al fundador, Sergio García Macías. Foto: Raquel Sierra

Con 80 trabajadores y 280 capacidades, el restaurante tiene también el bar Mesié –un homenaje a Sergio García-, y una cava, que según los expertos, está entre las mejores del país, con una amplia gama de vinos, con condiciones excepcionales de conservación y almacenamiento, el colectivo recibió nuevamente en julio pasado la bandera de Vanguardia Nacional, un alto reconocimiento sindical, por los favorables resultados de 2018, sobre todo en el plan de ingresos y la eficiencia, con excelente servicio y calidad de la oferta, de acuerdo con la directora.

“Este año, pese a la situación que enfrentan los restaurantes e instalaciones turísticas debido a la suspensión de los cruceros, que también nos ha afectado, estamos haciendo gestiones comerciales, no solo para el segmento extranjero, sino dirigirnos hacia el sector nacional, que se conozca más la oferta que tiene El Aljibe, su calidad y el servicio que brindamos, que es incomparable”, apuntó. 

Hoy, entre sus principales clientes se incluyen grupos de visitantes estadounidenses, canadienses y turcos, a los que desde este agosto comenzarán a sumarse turistas rusos.

La reparación capital de la cocina propicia mayor inocuidad y mejores condiciones de trabajo. Foto: Raquel Sierra



Buen aniversario 

Por el aniversario 26, desde julio comenzaron las actividades conmemorativas, aunque desde mucho antes iniciaron un programa de mejoras, con la mirada dirigida a poner más alto el listón de su estándar. 

“Se trabajó en la remodelación en el restaurante y en la reparación capital de la cocina, con el objetivo de garantizar cada vez mayor calidad de la oferta que damos y mejorar las condiciones para la labor de los cocineros”, dijo Rebollo. 

“Hemos hecho mejoras en el salón e introducido nueva lencería, con el logo personalizado, porque aspiramos a la recategorización como cuatro tenedores, que a partir de septiembre hará el grupo”, agregó. 

A su vez, explicó, mantienen sus actividades sociales, donaciones voluntarias de propinas al programa nacional de salud, visitas a niñas y niños ingresados en hospitales pediátricos, la celebración de cumpleaños a niños de casas sin amparo familiar y siembras de árboles de la amistad. 

“El Aljibe está muy animado y bonito, como hace 26 años. Hubo momentos de baja, después del 2001, pero nos fuimos levantando hasta llegar a como esta hoy”, dijo Jaqueline García. 

Muchos de los deseos de esta fundadora tienen que ver con el futuro de este sitio: “para El Aljibe quiero lo mejor, seguir con nuestro servicio, con la calidad de nuestra comida y con nuestros compañeros, con esos que tantos años llevamos aquí”. 

Un buen momento del aniversario 26, el concierto de Buena Fe. Foto: Raquel Sierra


Para celebrar, se organizó una cena concierto con el grupo Buena Fe. En la velada recibieron reconocimiento por su aporte decisivo a la historia del restaurante los fundadores: Reina San Martín Martínez, Yainet González Pérez, Yaquelín María García, Lorenzo Mesa González y Víctor Villaverde Muñoz, que fueron entregados por Vivian Mazorra, directora adjunta de la Casa Matriz de Palmares, y Benjamín Espinosa, director de la Dirección Playa I.