Más de 3000 viviendas han concluido hasta la fecha los habaneros, lo cual representa un 52 % del plan previsto hasta diciembre, ascendente a unas 6000, meta ambiciosa, sin lugar a dudas, dada las actuales circunstancias de la Isla, pero posible y prácticamente de obligatorio cumplimiento, en tanto representa el decisivo primer paso, en el no menos amplio propósito de resolver el profundo déficit habitacional –unas 185 000-, el más grave del país, en una década, a partir del año en curso.   

Según explicó César Hernández, vicepresidente del Consejo de la Administración Provincial (CAP), hay correspondencia entre el compromiso total y los actuales resultados, con lo cual el territorio, de manera global, exhibe una situación favorable, gracias al buen ritmo y los avances en la recuperación de las afectaciones en moradas, provocadas por el tornado del pasado 27 de enero, y las edificadas por esfuerzo propio, lo mismo por venta de materiales que por otorgamiento y entrega de subsidios.

Sin embargo, hay atrasos con los encargos estatales. Responden, al decir de César, a la lógica priorización dada a la respuesta a los daños provocados por el tornado, y en particular el enorme esfuerzo que ha significado construir desde los cimientos, en el caso de los más de mil derrumbes totales que provocara el fenómeno hidrometeorológico.

Tras asegurar que en cuanto a techo se refiere, muy pronto del tornado solo quedará el susto y el recuerdo triste, el dirigente del CAP adelantó que hay diseñada una estrategia, y en buena medida, también existe garantía del suministro material, capaces de coadyuvar a la recuperación de los mencionados aplazamientos estatales.

Asimismo explicó la trascendencia y amplitud de la Política de la Vivienda en Cuba, y dentro de los muchos aspectos que incluye significó que en La Habana prospera la entrega de locales que pueden ser adaptados para tales fines y terrenos donde edificar, además del desarrollo de tecnologías constructivas, y la producción local y venta de materiales para la construcción.

Dijo que la vivienda es un sensible tema, cuyo remedio, en La Habana, exige más agilidad, transparencia y menos burocracia en los trámites, y el incremento de la cultura de la calidad, sobre todo, en las terminaciones.