Justo al inicio de la calle Obispo, ocupando el inmueble marcado por el No. 557, se alza el emblemático Floridita, el bar-restaurante reconocido como la cuna del daiquirí. Así figura su nombre en casi todas las guías de viajeros que acompañan a los miles y miles de turistas que llegan a Cuba y así mismo sirve de orgullo a los cubanos que por su lado transitan en su diario caminar.

En honor al trabajo sostenido, la elegancia de su ambiente y a la calidad de un servicio que transciende el escenario de la coctelería para transportar a quienes degustan en sus salones hacia un tiempo pasado, donde la esencia de La Habana clásica pervive, le fue entregado este miércoles la condición Vanguardia Nacional.

Foto: Archivo

Ariel Blanco, actual director de la entidad, hizo referencia al empeño del Floridita en su camino de renovación,  para estar siempre a tono con los tiempos que corren, sin perder jamás de vista los componentes más esenciales de la tradición y significó la entrega de esta condición como un motivo más para continuar aportando al desarrollo del país desde su quehacer.

El Floridita abrió sus puertas en 1817 con el nombre La Piña de Plata, poco después fue llamado La Florida y un poco más adelante, adoptó su nombre actual. Se dice que el daiquirí, una bebida oriunda de los campos de Cuba fue introducida en el bar por Constantino Ribalaigua Vert, un catalán que comenzó siendo mesero y terminó como dueño. 

Foto: Cubahora

Cuando el escritor norteamericano Ernest Hemingway se estableció temporalmente en el Hotel Ambos Mundos (Obispo y Mercaderes), solía pasar largas horas en el Floridita, donde incluso se comenzó a elaborar una modalidad especial en su honor, y que fuera bautizada como Papa Doble, aunque en la literatura pueden encontrarse otros nombres como Papa´s Special o Daiquirí Salvaje. Así, pasó a la historia la frase adjudicada al autor de El Viejo y el Mar: "Mi mojito en la Bodeguita (aludiendo a la Bodeguita del Medio) y mi daiquirí en el Floridita."

De tal manera, hoy este último es también un sitio para recordar el paso por La Habana del Premio Nobel de Liteartura de 1954, que hoy descansa, apoyado sobre la barra, gracias a la escultura en bronce realizada por el artista cubano José Villa Soberón.

Muchas han sido las celebridades mundiales en visitar el emblemático bar; cabría mencionar solo algunos: Gary Cooper, Jean-Paul Sartre, Giorgio Armani, Imanol Arias, Paco Rabanne, Naomi Campbell, Compay Segundo, Ana Belén, Víctor Manuel, Joaquín Sabina, Danny Glover, Pablo Milanés, Kate Moss, Fito Páez, y Jack Nicholson, entre tantos otros.

Foto: Tomada de Redes Sociales

En el año 1953, la Revista Esquire reconoció al Floridita como uno de los siete bares más famosos del mundo, mientras que en 1992 recibió el premio "Best of the Best Five Star Diamond" de la Academia Norteamericana de Ciencias Gastronómicas.

El 21 de julio de 2012 más de 80 botellas de ron Havana Club Añejo tres años, unos 30 kg de azúcar, 30 litros de limón, diez litros de marrasquino y más de 200 kilogramos de hielo frappé fueron mezclados en esta instalación para así ser inscrita en los libros de los Guiness Records con el cóctel de este tipo más grande del mundo con una copa gigante de 275 litros.

Por estas razones, goza el Floridita de fama internacional, una tan grande y llena de admiración que ha promovido la creación de bares similares en varios lugares del mundo: Floridita London (Inglaterra), Floridita Madrid (España), el Floridita Restaurante (California, Estados Unidos) y el El Floridita Dublin (Irlanda). Algunos continúan abiertos y otros han cerrado sus puertas, pero de alguna manera todos rinden homenaje al mismo que este julio de 2019, fue condecorado como Vanguardia Nacional, en casa.