Hace pocos días alguien puso frente a mí una foto, era la tercera persona que participaba en su experimento. ¿Qué ves?, preguntó. Miré, no observé, pero sin mucha demora respondí a su interrogante con acierto.
¿Sabes cuántas veces vi la imagen para entenderla?, volvió a preguntar. Es una cuestión de ángulo, pensé. Un excelente fotógrafo me dio una lección, de tantas: "No hay ángulos buenos o malos, solo puntos de vista (...)".
Un "choque" de interpretaciones me hizo cuestionar la orientación de retirar una imagen en un trabajo periodístico. Volví a pensar en aquella cuestión del ángulo y recordé entonces las palabras del fotógrafo, quien además me dijo que "en fotoperiodismo la gente se siente más cómoda con lo que está adaptada a ver con sus ojos, por eso tratamos (los fotógrafos) de simularlo con la cámara para no alejarnos de la realidad".

La elección de una imagen no debe depender del gusto personal de quien la compone, propone, escoge y publica. Seleccionar una fotografía no puede obedecer a criterios triviales; no en cuanto a periodismo y/o fotoperiodismo, pues una imagen debe transmitir un mensaje, aun cuando acompaña un texto; siempre se debe hacer una lectura, fotográficamente hablando.
Quien "observa desde afuera" y no domina el tema, no puede/debe definir una línea de trabajo, ni cuestionar la labor periodística y/o fotoperiodística de otros. Escoger, "sugerir" un cambio, o lo que es peor, el retiro de una fotografía, de un profesional, además, es algo que pone en duda la confianza que se debe tener en la prensa y en sus trabajadores.

Como redactora y fotoreportera acepto críticas (sugerencias u orientaciones) sólidas que den como resultado un mejor periodismo; un mejor trabajo. Y este trabajo, sea textual o gráfico, no debe/tiene que complacer "esferas"; tiene que informar. Ese es el objetivo de todo medio de prensa que se respete.
Ahora, lo que viene a mi mente son las palabras de Díaz-Canel en la clausura del X Congreso de la Unión de Periodistas de Cuba (Upec), en 2018: "La verdad necesita de ustedes y esa verdad es más grande que nosotros mismos (...). La prensa cubana debe optar por parecerse más al país que somos".

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Solo cuando se piense en el interés de los lectores, en las necesidades de las masas, en el bien común y nos apartemos de agendas arregladas y vacías podremos hacer el periodismo revolucionario que soñó Martí para nuestra patria.
Estoy de acuerdo con ese artículo. La necesidad de proyectar un periodismo capaz de satisfacer los intereses informativos de los ciudadanos, eso requiere también un cambio en la mentalidad de quienes tenemos una relación directa con el trabajo editorial. No podemos dejar espacios vacíos donde puede y necesita estar la verdad. Saludos a Tribuna de La Habana.
Gracias por los comentarios. Estoy totalmente de acuerdo con sus criterios. Creo que, como bien dicen, se debe respetar, en primer lugar, a nuestros lectores, sus opiniones y exigencias. Nuestra prensa, debe reflejar a quienes nos leen, a nuestros habaneros; sus inquietudes, sugerencias... su día a día, sin perder los principios y pronunciamientos de Martí, Fidel y ahora Diaz-Canel.