Numerosas afectaciones recibe la población de La Habana a causa de las indisciplinas de algunos choferes de los ómnibus de transportación urbana. Aunque el país anualmente introduce 90 de estos carros en la provincia para mejorar sus servicios, aun no se alcanza la frecuencia óptima entre uno y otro.
Lauger Medina Suárez, jefe del Departamento de Organización de los Servicios de la Empresa Provincial de Transporte de La Habana (EPTH) afirma que se encuentran trabajando en la provincia más de 750 ómnibus, lo que posibilita la realización de 9 186 viajes aproximadamente.

El plan de transportación de pasajeros de lunes a viernes a partir del 16 de febrero de 2019 expone una perspectiva de transportación de 1 233 299 pasajeros, 149 por viaje al realizar 10,9 por carro.
Estas cifras muestran que ante las crecientes demandas de la población, el país realiza disímiles esfuerzos para aumentar la disponibilidad de estos servicios con el incremento del número de ómnibus cada año, principalmente en la capital. Las indisciplinas de quienes brindan esta asistencia son las que generan mayor descontento en la localidad, principalmente las paradas alejadas del lugar establecido.
Carolina Sánchez Olivero, anciana jubilada de 67 años de edad residente en el municipio de Plaza de la Revolución, comenta: “Es común esperar horas en una parada y que el autobús al pasar no pare, o sencillamente lo haga muy lejos de la misma, ya sea antes o después del lugar indicado para la recogida de pasajeros. Creo que esto se debe a que siempre vienen muy cargados de personas porque los vehículos no son suficientes para la transportación de todo el personal”.
Con el objetivo de regular el lugar donde deben detenerse los ómnibus urbanos, la Dirección General de Transporte emitió, a través de resoluciones oficiales, el Régimen de Parada Oficial. Este documento establece el número de paradas de cada ruta y la dirección exacta de las mismas, así como las medidas que se deben tomar con los infractores.
Al respecto, Rafael Naranjo Moreno, jefe del Departamento de Inspección Estatal de la EPTH, explica: “Los inspectores en la parada tienen la función de obligar a los choferes a cumplir con lo establecido, que es parar en el sitio que indica cada ruta”.
Agrega Naranjo Moreno que los operativos de inspección estatal se realizan frecuentemente en la vía. A quienes incumplen con las regulaciones del Ministerio de Transporte se le aplican sanciones a partir del Decreto Ley 261, Artículo 1 inciso h); además, se exige a las administraciones que tomen medidas disciplinarias, pues estas acciones constituyen un maltrato a la población”.
Dionisio Hermida Domínguez, chofer de la ruta A51 con recorrido desde la terminal de Palatino hasta Santa Fé, plantea que en múltiples ocasiones el carro se llena y para un poco antes de la parada oficial para flexibilizar y luego lo hace por vez y recoge a todo el personal que allí se encuentra.

Este chofer agrega que quienes se detienen después de la parada son indisciplinados y poco consecuentes: "No es nada fácil tener el control de los pasajeros, aun así no hay justificación para cometer ese tipo de indisciplina. Yo le doy chance a todo el que me lo pide, soy un chofer con muchos años de experiencia”.
Laura López García, enfermera en el Hospital Universitario General Calixto García, expone que el hecho de detenerse lejos de la parada es una falta de respeto a las personas que se encuentran montadas en la guagua y a las que están esperando por ella. Mujeres, ancianos, niños pequeños y embarazadas se ven obligados a correr para obtener un lugar, y esto es muy peligroso porque se puede sufrir un accidente o sencillamente caerse. "He sido testigo de sucesos así y realmente resulta muy doloroso presenciarlo."
Por su parte, Ramón Curbelo Martínez, chofer de la ruta A20 que se traslada desde la terminal de Palatino hasta Playa, manifiesta que la solución está en incrementar el número de inspectores en la vía, cuando los ómnibus van abarrotados paran antes para que el personal se acomode y entrar bien a la parada.
Añade que en los lugares donde no hay inspector, la mayoría no paga el pasaje y se propicia la desorganización entre quienes suben o bajan de la guagua, algo que también incide en el deterioro del vehículo. El revisor evita que las personas salgan corriendo hacia la guagua que paró antes por estar abarrotada y hace al chofer parar con confianza donde está ubicada la parada.
El chofer no recibe los buenos días de casi nadie, tampoco cuando recoge o deja a alguien fuera de la parada muchas veces no le dan las gracias, porque el peso (1.00) es el que da los buenos días y el que agradece. Los choferes disfrutan recoger a las personas fuera de parada, porque recaudan lo que tienen que entregar y lo que va para su bolsillo, también disfrutan ver a las personas corriendo de un lugar a otro y cerrarles la puerta en la cara. He visto a varios de Guanabacoa tratar de forma incorrecta y con bravuconería a los inspectores que le exigen que paren en las paradas y recojan personal, ya ellos con toda “buena intención” lo hicieron antes. También montan en los ómnibus cualquier cosa como vigas de palo inmensas, tarecos de hierro grandes y medianos, lo que sea, pero primero van por el frente le pagan al chofer y luego el chofer espera a que lo acomode por la segunda o tercera puerta, no importa si los pasajeros van incómodos o con peligro de lastimarse con lo que subió otro. Son los pasajeros los que pagan 5.00, (no ahora son 10.00 al menos en la primera parada de la A30 a un costado de la terminal de ferrocarriles) a los choferes y así irrespetamos la cola de tontos que está a menos de 100 metros. Muchos ómnibus dentro están asquerosísimos y apestosos incluso los nuevos, y los que los utilizamos saben que no estoy exagerando, sólo le tiran agua por fuera los que tienen esta responsabilidad en los paraderos y a veces no cierran las ventanas y cuando te montas numerosos asientos están empapados de agua. Hay algunos ómnibus que tienen rotos los asientos y yo me pregunto en qué momento una persona puede partir un pedazo de plástico duro que se escucharía en todo el ómnibus, quién le quita las agarraderas para aguantarse las personas más bajitas?, al parecer descubrieron qué hacer con ellas y poco a poco las van cortando y desapareciendo. Los choferes fuman en los ómnibus, ponen música alta e indecente, también los pasajeros, a quién le corresponde poner orden? Por qué hay alcancías tapadas con cualquier cosa por los choferes, para que están las alcancías? Ya sé para cuando el que les corresponde abrirlas coja parte del dinero. Por qué algunos tienen co pilotos a los que también les toca una parte del dinero del pueblo? Por qué mujeres van encima de los choferes, a veces con niños pequeñitos, otras cogiendo el pasaje? Cómo hemos llegado a permitir tantas cosas, dónde están los inspectores del Ministerio de Transporte, no cogen ómnibus? Yo pienso y tengo esperanzas en que todo tiene solución, pero es muy difícil y aunque mejoren los salarios, las personas que se roban las cosas que con mucho esfuerzo el Estado pone a disposición del pueblo van a continuar haciéndolo, porque no roban para comer, que no estoy diciendo que apruebe el robo por ningún motivo, sino para enriquecerse a la vista de todos y el pueblo los ve, los que no lo ven son los que tienen que verlos.
sin más rodeos invito a los directivos de transporte y a los inspectores a pararse en la parada del Museo de la Revolución (frente a la cerrada paladar Chachacha), para que vean la fiesta de los choferes en esta parada (fundamentalmentos los del P11 y la A40, verán público esperando, más bien acechando, en tres cuadras, desde la Calle San Juan de Dios (frente al Edificio Bacardí) hasta la calle Chacón, para correr en desbandada hacia donde eligen parar estos choferes, si es que paran, pues muchos de ellos siguen de largo aunque la guagua vaya a medio llenar (total, en el Naval o la Villa Panamericana llenarán el ómnibus), esto es realmente patético, si analizamos que la mayoría de los trabajadores de la Habana Vieja que viven allende el Túnel eligen esta parada, por ser la más cercana, atendiendo que la anterior de la A40 es en La Coubre y la anterior del P11 en La Sortija, por favor a los implicados, ayuden al pueblo, como no se cansa de llamar el Presidente del país......
TODO ESTA MUY BIEN, PERO LA HABANA TIENE APROXIMADAMENTE 2 MILLONES DE HABITANTES MÁS LOS TURISTAS NACIONALES , INTERNACIONALES, LAS GUAGUAS,NI MICROBUS DARÁN SOLUCIÓN ,ESTA PROBADO EN ESTOS 60 AÑOS , CUANTO SE HA GASTADO,DE DINERO PUBLICO EN TODOS ESTOS AÑOS. Y NO HAY SOLUCIÓN LLEGAREMOS AL 2030 Y TODO SERA PEOR. ES YA ES VITAL PARA LA HABANA EL METRO, O TREN URBANO, REPÚBLICA DOMINICANA LO TIENE Y ES UNA ISLA IGUAL QUE NOSOTROS.NO QUIERO OFENDER A NADIE PERO LOS QUE DECIDEN DEBEN HACER ALGO ÚTIL, EN RELACIÓN AL TRASPORTE PUBLICO, PARA QUE LAS PRÓXIMAS GENERACIONES LO AGRADEZCAN..SALUDOS.