Llamamos antes de salir y la muchacha que atendió al teléfono nos dijo que sí, “efectivamente, el centro comercial Plaza Carlos III mantiene sus puertas abiertas hasta las 9:00 pm”. Nos alegramos; muy pocos establecimientos comparten un horario similar.
Llegamos y, al entrar, vimos que en algunos de sus departamentos habían organizado un trabajo voluntario, (así le llamamos pues los propios dependientes, en uniforme aún, tiraban agua por el suelo mientras otros organizaban cajones).
Pero eran aún las 7:00 pm y, confiados, seguimos por la galería en espiral hasta nuestro destino. Ahí conocimos la verdad. La tienda estaba cerrada dos horas antes del horario establecido porque al día siguiente (hoy) habría una inspección del Ministerio de Salud Pública. Fue entonces cuando reparé a conciencia en lo que ocurría en derredor.
Todos los trabajadores del lugar se habían volcado a la limpieza. Escobas, haraganes, cubos y trapeadores danzaban al compás de la música que amenizaba la jornada. Dos semanas antes, en el mismo sitio, comprobé la presencia a plena luz del día de cucarachas en las vidrieras y a juzgar por la expresión de normalidad en el dependiente detrás del mostrador esta es una situación que se ha extendido por mucho tiempo.
Celebro, pues, la iniciativa del Ministerio de Salud de intervenir en la plaza comercial y por supuesto, la “entrega” de sus trabajadores quienes, luego de un día completo de faena con zapatos incómodos, no tuvieron reparos en realizar una tarea ardua pero necesaria.
Sin embargo, otra vez, se les podía ver colgando sobre sus cabezas el temido filo de la inspección. Si no hubieran avisado con antelación sobre su visita, ¿habrían actuado de la misma manera? ¿Aún necesitamos el empujón de las revisiones para hacer lo que debería ser pan de cada día? La respuesta es sí, todavía nos muerde la inercia.
No voy a comentar sobre el horario escogido para las descritas labores pues eso entra en otros terrenos relacionados a la organización y adentrarme demasiado en ellos sería disgregar. Pero no podía, por habanera y cubana, dejar de señalar la tristeza que ocasionó comprobar los verdaderos móviles de tal ajetreo.
No era por los consumidores, por la salud de los propios trabajadores, ni por la preservación de los muchos productos ahí almacenados, incluidos los alimenticios, sino por “la visita”, la misma que tantas veces ha recorrido como un escalofrío las entrañas de tantos centros laborales, la misma que hace revisar planes y archivos, solucionar antiguos problemas con endereces tan emergentes como ineficaces.
Salir bien o mal en una inspección parece ser la cuestión, incluso cuando hacer las cosas de manera correcta en cada momento, para el mejor funcionamiento de los procesos en todos los órdenes, pudiera ser una filosofía más sana y rentable.

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una realidad, sufrí el mismo problema, luego de desplazarme desde el municipio playa hasta centro habana, donde se encuentra el centro comercial, y luego de haber llamado para confirmar que no lo haría en vano, me tropiezo con este peculiar asunto... no sólo trabajamos para inspecciones... ya que la limpieza debería ser para el público, si no que también informan pésimamente a los clientes
Tengo la mejor opinión d este lugar y todos sus trabajadores. En el puedes comprar el q tenga mucho o poco es una lastima q no existan otro lugar como el Felicidades
El irrespeto al horario de apertura y cierre de las unidades que prestan servicios a la.poblacion es un mal común en nuestros días y que las.propias administraciónes son participé de ellos sin poner un freno a tal indisciplinada del horario de servicio y jornada laboral
Pasa en Carlos III,pasa en lo polilínicos, en los hospitales, pasa en las escuelas cuando van visistas de niveles superiores...En muchos lugares se brinda la imagen que no es real....
El reciente cierre de Carlos 3ro y 4 Caminos, demuestra una vez mas que Tuenvio es la opción ideal mientras exista pandemia, evita aglomeraciones, contagios, etc. pero a los cubanos nos describió muy bien Máximo Gomez, o no llegamos, nos pasamos, tuenvio comenzó como con 5 tiendas en la habana, ahora va camino a 1 sola, en mi opinión un error garrafal, en mi opinión debía también municipalizarse las compras por tuenvío, por ejemplo la típica de bollero para todo el sur de la ciudad (de la ciudad deportiva hacia allá), pedregal para el oeste de la capital (la lisa, mariano, playa, santa fe, etc) y almacén habana para de plaza hacia allá hasta la habana del este, eso conseguiría hasta mayor eficiencia y ahorro en la transportación, por ejemplo porque tiene que venir un vehículo de almacén habana o la típica de boyero a traer un paquete a playa, si tengo el pedregal muy cerca y así se ahorra hasta combustible y hay que preferencial ese mercado con mejor abastecimiento, también pudieran restringir las compras a 2 semanales (1 paquete de aseo y 1 alimentos), para quien no lo quiera para revender permite ir sobreviviendo, lo que si es inadmisible es el riesgo de las colas.