Estados Unidos lo sigue intentando. Ahora decidió incluir a Cuba y Arabia Saudita en su lista negra de países que no hacen lo suficiente para combatir la trata de personas. Sin embargo, todo no es más que un vil intento de justificar posibles futuras sanciones contra la mayor de las Antillas.

Tal vez les moleste el esplendor de La Habana, una de las ciudades más hermosas y hospitalarias de Latinoamérica y el mundo, donde su gente tiene la peculiaridad de ser generosa y alegre, de ahí que quienes la visitan deciden regresar una y otra vez para deleitarse con su entorno y particularmente también con los programas culturales y recreativos que abundan en la ciudad.

De esa forma, además, pueden constatar de primera mano el alto grado de desinformación que invade a grandes medios de comunicación en el exterior con informativos ultra reaccionarios y de corte subversivo que degradan su objeto social al estar al servicio de élites o mafias que sirven a intereses de la contrarrevolución, publicando falacias sobre Cuba.

¿Por qué la administración Trump y sus acólitos prohíben viajes turísticos, culturales, científicos, académicos y de otra índole entre estadounidenses y cubanos?

La única respuesta posible radica en justificar el acrecentamiento del bloqueo económico, comercial y financiero de la Casa Blanca y sobre todo evitar que sus pobladores al llegar a la Mayor de las Antillas conozcan cómo durante décadas han sido engañados, recibiendo saturación de falsedades sobre la Isla.

En medio de tantas mentiras, hay verdades tan sólidas como la Educación y la Salud, que en Cuba, a pesar de las carencias causadas por el criminal asedio yanqui que muestra con fuerza su desprecio hacia cualquier país del Sur digno e independiente, no hay niños sin estudiar, ni sin atención médica.

Y sin distinción de raza, clase e ideología que profese, toda la población cubana tiene derecho a servicios básicos, muchos de ellos gratuitamente.

Y en este contexto resplandece La Habana como Ciudad Maravilla, esforzándose cada día más por seguir alcanzando mejores indicadores de imagen, sanidad y realizaciones económicas y sociales, a pesar de las mentiras que intenten levantar contra ella.