Para conocer de primera mano las afectaciones actuales y los futuros daños económicos derivados de la aplicación del capítulo III de la Ley Helms-Burton, medios de prensa visitaron este viernes la paladar San Cristóbal y el restaurante La Flor de Loto, ubicados en el municipio de Centro Habana, cuyos trabajadores se pronunciaron en contra de esta medida aplicada por el gobierno estadounidense.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, asegura que sus decisiones no son contra el pueblo cubano, sino contra el gobierno. Sin embargo, la realidad es otra: estas afectan a los trabajadores, sus familiares, la economía individual y posibilidades de empleo.
Barack Obama, expresidente estadounidense, calificaba al sector no estatal como una fuerza emprendedora en el país. La prohibición de la entrada a Cuba de los cruceros de compañías norteamericanas y la regulación del intercambio entre el pueblo cubano y estadounidense, han derivado en una visible disminución de turistas extranjeros, así como de los autos y servicios para este fin.

“Durante más de 50 años hemos vivido bajo las difíciles condiciones de un bloqueo económico, preocupado por desestabilizar el bienestar de nuestra Patria y teniendo como resultado solo a un pueblo que ha sabido adaptarse y superarse ante las adversidades”, expresó Ismel Arias, secretario del Sindicato de la paladar San Cristóbal, en nombre del personal del lugar inaugurado en 2010, fecha en que se inició el nuevo proceso de ampliación del trabajo por cuentapropia en Cuba.
“Nuestro deber como miembros del Sindicato de Hotelería y Turismo es brindar un servicio de excelencia para nuestros clientes nacionales e internacionales, y de esta forma contribuir con nuestro aporte al desarrollo económico y social de nuestro país. Ahora, más que nunca, debemos permanecer unidos y responder con más entusiasmo ante las adversidades.
El también dependiente de salón aseguró que desde la visita de Obama a la paladar en 2016, todo cliente norteamericano que llega a Cuba quiere conocerla.
Ismel se considera una persona con esperanza y desea que en los próximos meses se incremente el turismo.
“No contamos con los norteamericanos, pero esperamos que arribe mucho turismo procedente de Europa y Asia” y, seguidamente, expresó que a Trump le envía un mensaje de paz.
Por su parte, Leonardo Herrera Carreras, portero y en ocasiones anfitrión del local, destacó: “Estamos en una temporada baja de turismo a nivel nacional por la época del año (nuestro invierno es la temporada alta) pero ahora es de carácter extremo pues nos nutrimos mucho del turismo norteamericano”.
Como la paladar San Cristóbal era visitada por embajadores, artistas y personalidades internacionales de distintos sectores, Leonardo, que labora hace seis años allí, se acostumbró a tener ocupado un nivel de mesas “pero con este cambio de política radical, han disminuido los grupos de estadounidenses que nos visitan. Desde que Trump tomó el poder, tratando de afectar a nuestro Estado, está afectando al sector por cuentapropia más que a todo.
“Por primera vez en nuestra historia, este 13 de junio, solo ocupamos seis mesas, cuando nuestro promedio eran entre 20 y 40, incluso en la temporada baja”, explica Herrera tras referirse a que los trabajadores de la paladar se reunieron para decidir sus futuros desempeños. “No se va cerrar el restaurante pero quizás haya que disminuir el personal”, agregó.

Carlos Cristóbal Márquez, chef principal y dueño de la paladar, también se refirió a la visita del expresidente Obama y de cómo“todos pensamos que Cuba iba a dar un vuelco grande con respecto a las relaciones entre ambos pueblos”.
“(…)He tomado medidas para resolver el problema del abastecimiento derivado del bloqueo; pero aún así estamos al 20 por ciento de la clientela y los servicios que brindábamos”.
“Hoy (14 de junio)-afirmó Cristóbal- por la mañana no tuvimos ninguna reservación y en tiempos normales siempre teníamos, llevamos una semana sin clientes en este horario.Y por las tardes estamos recibiendo personas para cinco o seis mesas; las ganancias actuales son casi para mantener el restaurante.
“No estamos hablando solo de la disminución del turista estadounidense sino de todos pues, por ejemplo, el turista español puede sentirse retenido (si viene a Cuba, no puede entrar después a Estados Unidos); se limitaron los barcos, los yates privados, los aviones… todo”.
Márquez reafirmó: “No falta la comida, pero sí los clientes”, pero aún así no piensa cerrar la paladar, incluso invitaría a Trump a comer pues “el amor entra por la cocina, así como el afecto y la solidaridad”.

