A pesar de…, un año más y siempre lo mismo. Aquellos apostando a las supuestas flaquezas que mantendrán a los cubanos atados a la cama, y los cubanos, otra vez a patentizar su fidelidad, con anticipados amaneceres, abarrote de plazas y calles, y derroche de entusiasmo, en una simbólica bofetada, sin mano, propinada en pleno rostro chantajistas y saboteadores.
En un derroche de todo lo máximo que la ocasión puede incluir, los habaneros protagonizaron un Primero de Mayo, a lo grande, como se han propuesto entregarse al trabajo y hacer, en función de exhibir una Habana engalanada a la altura de su 500 cumpleaños.
Casi dos horas de desfile compacto, durante el cual la iniciativa creadora se dejó ver sin escatimes, y vino a probar que ni las escaseces ni las amenazas han disminuido la firmeza y el apoyo.
Todas las ramas y quehaceres que componen la vida económica y social de la Isla se dejaron ver. También representantes de todas las generaciones, cada uno a su aire, dejándose llevar por los acordes de arrebatadoras congas y los arranques de su propio entusiasmo, ¡felices!
Pareciera cada año que ahora sí se llegó al tope, pero por fortuna, cada año el récord implantado en la celebración precedente, se vuelve a romper.
Otra vez, ¡las imágenes y los testimonios quedarán para la historia!



