Repican las claves y un estribillo se esparce en el ambiente: “Llaveritos… rumberitas… para las señoras que son alegres y se saben reír”. Así anuncia Gilberto Kuper las artesanías comercializadas en su mesa de labor, dentro de la Feria de Trabajadores por Cuenta Propia, ubicada en las céntricas calles de 23 y M, en el Vedado.

“Soy el único aquí que llamo la atención de nuestros clientes con música”, dice Kuper, hombre correcto y jovial, quien desde 1996 forma parte de ese espacio donde confluyen 80 titulares en diferentes modalidades de venta, afiliados al sindicato de Comercio.

Foto: David Gómez Ávila

Esta mañana en la Feria de 23, como suele identificársele al sitio, no es diferente a las del resto del calendario. Mientras unas personas entran a comprar, otras solo la recorren, para deleitarse con la gran variedad de artesanías, calzado, pinturas, bisuterías, vestuario…

Foto: David Gómez Ávila

Sin embargo, hay una singularidad en la jornada: sus integrantes ya perfilan detalles sobre la participación en el desfile del próximo Primero de Mayo, cuando arribarán con no pocos aportes que les refuerzan su condición de centro de referencia.

A la disciplina, organización, o el cumplimiento de las obligaciones comprendidas en el reglamento que los caracteriza, se suma el apoyo, con dinero y productos, al programa de lucha contra el cáncer, y las donaciones de sangre.

“Como cada año iremos a la Plaza como muestra de apoyo a nuestro Gobierno, a los acuerdos del XXI Congreso de la Central de Trabajadores de Cuba, y en contra de ese anhelo anexionista y colonial que es la Ley Helms-Burton. El intento de Trump y su gabinete de arremeter contra la Revolución, siempre se estrella frente a la unidad de nuestro pueblo”, asegura Kuper.

El administrador de la Feria de 23, Leonel Alfonso Díaz. Foto: David Gómez Ávila

Mientras, su compañero de labor Lázaro Moreno, advierte: “No tienen otra forma de aplastarnos, pero no lo van a lograr”. Y lo dice desde el orgullo de ser oriundo de Yaguajay, tierra donde su padre guiara a Camilo Cienfuegos por aquellos históricos parajes, pero también desde el convencimiento de que los cuentapropistas son un sector imprescindible para el desarrollo de la sociedad.

“Aquí no se hizo esperar la ayuda para los damnificados del tornado en enero último; inmediatamente abrimos dos cuentas: una en divisa y otra en moneda nacional, y no faltaron las entregas de ropas y alimentos para quienes tanto lo necesitaron entonces”, acota el administrador de la Feria de 23, Leonel Alfonso Díaz.

La mesa de José Antonio Roldán tiene muchas ofertas que llaman la atención de este equipo. Entre ceniceros, platos decorados con nombres de calles y sitios emblemáticos habaneros, resaltan las figuras de las criollitas de exuberante anatomía. Pero más que todo uno aprecia la robustez de sus palabras. “Nací con la Revolución, escuchando los discursos aleccionadores de Fidel. Ir a la Plaza, es una manera de tenerlo vivo y presente”.