Un Ejercicio Territorial de Zona de Defensa puso en ajetreo, este fin de semana, a buena parte de los vecinos del Consejo Popular Párraga, en el homónimo reparto del capitalino municipio Arroyo Naranjo.

La jornada comenzó bien temprano, con la activación del Consejo de Defensa de Zona (CDZ), cuyos integrantes posteriormente visitaron los lugares donde los grupos de trabajo de la mencionada estructura cumplían sus funciones para la ocasión.
Supuestas acciones de desgaste sistemático de un enemigo, que trató de avanzar y hacerse firme, apoyado por grupúsculos contrarrevolucionarios, llevó a desempolvar las armas y abrir las puertas del área de preparación de la ZD.
En rotación, integrantes de las Brigadas de Producción y Defensa (BPD) recapitularon, unos, y aprendieron otros, a tirar, lo mismo tendido que parado o de rodillas; también a armar y desarmar el AKM, tomar puntería, lanzar granadas o protegerse de gases nocivos.

A los integrantes de la BPD del Taller Central de la Empresa Provincial de Viales les tocó detener el avance y neutralizar los intentos de apropiarse del combustible de la entidad por parte de un comando invasor, que recibió apoyo de elementos subversivos internos. Tras las acciones y logrado el éxito, cada cual volvió a su puesto de trabajo y continuó el curso normal de los acontecimientos.
Y a su paso por uno u otro lugar, Fernando del Valle Águila, presidente del CDZ arengaba a la tropa y los vecinos. Este es el eslabón más importante en la cadena defensiva territorial, repetía aquí y acullá, para agregar con énfasis, aquí se materializa la Concepción cubana de la Guerra de todo el Pueblo, en tanto es a este nivel donde cada hombre tiene el sitio, usa el arma y pone en práctica la forma para rechazar al enemigo que osara invadirnos.
Mientras tanto, aplicada las variantes tales contingencias, la vida continuaba su curso normal: en la panadería, agotada la harina, elaboraban pan de yuca o boniato; la fonda devino centro de elaboración (alimentos), aparecieron en las escuelas las aulas multigrados, los finqueros pertenecientes a las cooperativas producían en interés de garantizar el sustento a los vecinos.

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