La capital necesita utilizar con inteligencia toda la tierra que posee, en busca de contribuir al autoabastecimiento de La Habana, una ciudad que con el 4 por ciento de las áreas cultivables del país, logra el 18 por ciento de aseguramiento de alimentos. Sobre las fórmulas a utilizar para lograr aumentar la cantidad de productos en la mesa de los habaneros, trató el encuentro sostenido, este sábado, en el teatro de la Siderúrgica José Martí, Antillana de Acero.
El propósito es lograr producir 30 libras de productos agrícolas y cinco kilogramos de carne de cerdo por persona al mes. Le tocó a La Habana ser la primera provincia, y al municipio de Cotorro, el primero del país donde se analiza dicha estrategia. El ejemplo puesto en esta oportunidad fue el del Consejo Popular de Cuatro Caminos, lugar que necesita de una cifra cercana a las 13 mil toneladas de alimentos para sus más de 83 mil habitantes y que, sin embargo, es capaz de producir 23 mil toneladas.
En la reunión, que contó con la presencia de Reinaldo García Zapata, presidente del Poder Popular en la ciudad; y de Joel Queipo, miembro del Buró Provincial que atiende Consumo, Servicios, Gastronomía, la Alimentación y el Turismo se dieron a conocer las distintas estrategias de la ciudad para contribuir a su autoabastecimiento.

Luis Antonio Torres Iríbar, primer secretario del Partido en La Habana, al dirigirse a los presentes les recordó cómo en los años más duros del Periodo Especial en la capital se comenzó a cultivar alimentos en casi cualquier sitio, tarea que calificó de estratégica. Los objetivos son lograr el aumento de la producción y su procesamiento, y que la comercialización llegue lo más cerca posible a la población.
Igualmente llamó a todas las entidades estatales que tengan un patio a aprovecharlo, y a velar por la correcta utilización de la tierras y del empleo de las áreas entregada para la agricultura y la ganadería, pues no puede haber tierras mal utilizadas, o sin explotar.
Otro aspecto que tocó fue el referido al encadenamiento productivo, pues se hace imprescindible lograr un correcto vínculo entre la producción, su elaboración y su distribución.