Muy sensibles son los servicios necrológicos. Las últimas horas para despedir a un ser querido, requieren comprensión extrema por quienes se involucran en el traslado de la persona según el lugar donde fallezca (vía pública, policlínico, domicilio, hospital…), transportación nacional e internacional, el velatorio; el sepelio o la cremación.

“Mucho pueden ayudar los familiares si denuncian a quienes los maltraten, les pongan trabas y condiciones”, insistió Jorge Luis González Haidar. Los teléfonos del puesto de mando y de coordinación provincial de Servicios Necrológicos son 7867-2010 y 7867-2968. Foto: David Gómez Ávila

Jorge Luis González Haidar, director provincial de la Unidad Presupuestada de Servicios Necrológicos de La Habana, reconoce que aunque “las quejas han disminuido, falta mucho por hacer a favor de que la población se sienta bien atendida. La entidad está directamente vinculada con las empresas de Jardines, la de Cubataxi, la de Gastronomía y Comercio, Salud Pública y Servicios Jurídicos”.

Un promedio de 85-90 fallecidos diarios, que incluso puede superar el centenar, se registra en la ciudad, contra una media de 65 defunciones años atrás en igual período.

¿Hasta qué punto la actual infraestructura satisface la demanda?

—Se necesitan 80 vehículos y nuestra base de trasporte cuenta con 53 altamente sobreexplotados, de los cuales a diario trabajan 45 para diferentes servicios: fúnebre, ambulancia, viaje por carretera y recogida de vísceras, amputaciones y fetos; ninguno puede asumir la función de otro.

“Cuando alguien fallece no pocas personas intervienen en el proceso. Se precisan trámites médicos y, según las condiciones de la muerte, debe intervenir Medicina Legal y la Policía Nacional Revolucionaria (PNR); la gestión demora, además, si se solicita una necrosis.

“Lo establecido para la recogida es hasta 2 horas y 40 minutos, y mi tiempo comienza a medirse tras la llegada de la familia a la funeraria con el certificado de defunción y el carnet de identidad, en el caso de fallecimiento en domicilio; si esto ocurre en el hospital, la administración (Admisión) es la encargada de reportar a la funeraria seleccionada por el familiar.

“Hace unos dos años, entre 22 y 25 carros fúnebres debían atender a toda la provincia, situación que provocó un gran número de quejas pues no daban abasto. Para contrarrestarlo, se han remotorizado y reparado un grupo de vehículos, unido a la entrega de cinco nuevos. Sin embargo, no podemos desconocer que nuestros medios de transporte acumulan más de 14 años de explotación y sufren roturas diarias. Este 2019 arriba un nuevo lote de carros para mejorar el servicio, aunque no cubrirá toda la demanda”.

Pesar para las familias

Con la instalación de dos nuevos incineradores este año se busca responder a la demanda de cremaciones, cada vez más creciente, en la capital. Foto: David Gómez Ávila

La cremación constituye una alternativa altamente demandada. Existen en La Habana solo dos inmuebles con cuatro incineradores que no admiten asumir más de 32 cremaciones por día, contra 40-45 solicitudes en ese tiempo. “Por ello hemos previsto, para finales de septiembre venidero, situar dos incineradores en La Habana del Este” refirió González Haidar.

A la insatisfacción en cuanto al número de cremaciones se unen las quejas con respecto a la pérdida de restos, jardineras y lápidas, o la profanación de tumbas, aunque se ha trabajado en su erradicación. Al decir de González Haidar “si alguien observa algo fuera de lo normal puede pedir una revisión a la dirección del cementerio, que está obligada a examinar la bóveda”.

¿Cómo certifican la ocurrencia o no de un hecho delictivo?

—Venimos trabajando en un sistema de vigilancia y

La profanación de bóvedas y la pérdida de restos son las principales quejas sobre el funcionamiento de los cementerios. Foto: David Gómez Ávila

protección mediante cámaras en la Necrópolis de Colón, gracias al cual es posible constatar lo ocurrido en un período de 2 años.

“Fotografiamos el cementerio para, cuando nos llega una inconformidad, comparar el estado anterior y actual de la bóveda.

A partir de ese momento, nos acompañan en el proceso la policía, antropólogos y otras autoridades y especialistas; tenemos altas cifras de personas juzgadas y sancionadas judicial y/o laboralmente.

“Igualmente hemos adoptado medidas contra trabajadores nuestros que cometen graves indisciplinas como falta de control, amiguismo y dar prioridad a un determinado caso”.

De acuerdo con el directivo “hay que continuar preparando al personal; podemos tener todos los recursos pero si nuestros trabajadores no están capacitados, la atención a la población no será la adecuada”.