Foto: Oilda Mon
Reina Portuondo. Foto: Oilda Mon

En el año 2005 a Reina Portuondo le dieron a escoger tres lugares donde trabajar. Entre las propuestas figuraba el Hotel Nacional de Cuba y no dudó en elegirlo. Desde entonces, se ha mantenido en su puesto de camarera de área. Lo que más aprecia de su centro “es que somos un gran equipo, muy unidos y familiares”, asegura.

La estabilidad de la fuerza laboral allí sobrepasa los quince años, lo cual afianza el sentido de pertenencia de sus más de 500 trabajadores, quienes lo revierten, primero que todo, en el apego a la calidad: por 14 años consecutivos ostentan el premio World Travel Awards, considerado el Óscar de la industria turística.

Ello impacta en los sostenidos crecimientos de los ingresos, la acertada relación costo por peso a 0.70 centavos, la entrega de miles de dólares por concepto de propina al programa materno infantil y otros resultados “que desde hace más de veinte años nos hacen sobresalir como la instalación de mayores aportes y utilidades dentro del grupo hotelero Gran Caribe al cual pertenecemos”, al decir del secretario del Buró Sindical, .José Felipe Soto.

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Si se le añade que en 2018 propiciaron un crecimiento del 12 % en relación con periodos precedentes, y un nivel de ocupación cerca del 80, sustentado en la hospitalidad y profesionalidad con que atienden a sus visitantes, haciéndoles ver la rica historia atesorada en sus 89 años de fundado, la cultura y la cubanía que defienden, entonces nadie duda estar ante un colectivo insignia  de la hotelería cubana.

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En las confiables manos del único hotel cinco estrellas de la Isla con administración 100 % cubana, se depositó esta semana la bandera XXI Congreso de la Central de Trabajadores de Cuba –CTC-, tras recorrer 25 entidades habaneras con impacto económico y social.

Una representación del personal de cada área, junto a su director  general, Antonio Martínez, dio la bienvenida en grande al estandarte, entre un contagioso repicar de tambores, al ritmo de conga y pasillos de comparsa.

Quizás sin aquilatar la esencia del momento, vimos a más de un huésped foráneo involucrarse en el orgullo de sus anfitriones, por haber sido designados para custodiar la bandera que desde este 20 de abril preside las sesiones finales de la máxima cita de los trabajadores cubanos, hasta el próximo miércoles 24. Y ese derecho hay que ganarlo.