Juegos como el trompo y las bolas (y otros menos practicado como la quimbumbia), facilitan la incorporación de las niñas y los niños al entorno, como vía para los primeros encuentros en grupos. Esos juegos sirven no solo para divertirse, sino también para la creación de ideas, la construcción de juguetes simples con materiales u objetos que cambian de fin y logran con imaginación y empeño romper barreras y diferencias.

En el contexto de cierto olvido de esos juegos y la expansión casi universal de las tecnologías de la información y la comunicación masiva, el Gran Parque Metropolitano de La Habana realiza cada año un festival para motivar su práctica y evitar que desaparezcan.

La IV edición del Festival de los Juegos Tradicionales Interescuelas, se realizará los días 17 y 18 de abril en áreas del Parque Almendares, a partir de las 10:00a.m. Según sus organizadores, el encuentro persigue encender una chispa en el rescate de estas ancestrales costumbres populares infantiles y de los valores culturales que le son inherentes.

Esta edición del festival, dedicada al aniversario 30 del GPMH y al 500 de la fundación de la villa de San Cristóbal de La Habana, propiciará el intercambio entre 22 niñas y niños entre 8 y 11 años de nueve escuelas primarias de Marianao, Playa y Plaza de la Revolución.

Los juegos competitivos serán trompo (juego: La meta), bolas (juego: El role), taco, cuatro esquinas, yaquis, suiza y pon y el arbitraje estará a cargo de la Dirección Provincial de Deportes de La Habana, que participa junto a la Dirección Provincial de Educación.

Según los organizadores, también se realizarán juegos recreativos y actividades con payasos y se presentarán proyectos culturales comunitarios.

Foto: Raúl Pupo

Sos por los juegos tradicionales

Según especialistas, los juegos tradicionales desarrollan la fantasía, la creatividad y la imaginación, sobre todo, aquellos que celebran los niños, también se aprende a colaborar, repartir, mantener un reglamento, trabajar en grupo, ganar y perder.

Para el estudioso Rodrigo Espina, los juegos infantiles son un todo coherente, un cuerpo —casi podría afirmarse, un sistema por exceso— creado por la sabiduría popular para propiciar el desarrollo de habilidades físicas (el control muscular, la motricidad fina y gruesa, la lateralidad) e intelectuales (percepción, imaginación, memoria, pensamiento, lenguaje) en el niño.

El especialista incluye entrelas causas de la ruptura en la trasmisión de los juegos infantiles tradicionales: “cambios en la orientación de las funciones familiares, incorporación masiva de la mujer al trabajo, participación etaria más amplia en las tareas sociales, universalización de la enseñanza y el urgente aumento del personal docente, modernización y agilización de los procesos educacionales para dar respuesta a las necesidades crecientes del desarrollo económico; lo que implicó un pedagogismo a ultranza”.

A su juicio, la verdadera razón del rescate no debe estar regida por la nostalgia, ni porque “son bonitos” o porque “yo los jugué”, sino a partir de que las funciones para las que fueron creados, la experiencia vital acumulada en ellos, se mantiene como una necesidad social.