Tienen un nombre y un prestigio que erigen sobre la base de un quehacer devenido obras de trascendencia incuestionable. Hablar del Contingente Raúl Roa empuja a quitarse el sombrero y hasta el dignísimo Casco Blanco, para luego hacer una reverencia obligada. La entidad acaba de cumplir tres décadas de duro bregar, y lo han celebrado con un gesto propio de grandes: el merecimiento de la Bandera 80 Aniversario de la Central de Trabajadores de Cuba, un estandarte con el cual la CTC decidió premiar a los mejores 80 colectivos de todo el país, solo seis del sector de la construcción y de ellos únicamente dos capitalinos.
Y eso dice mucho de una tropa, que tiene como objeto fundamental el movimiento de tierra (paso previo imprescindible a toda gran edificación), redes soterradas (agua, electricidad, y otras), trabajos especiales, en función de la Defensa, y hormigones en proceso de vialidad, en virtud de lo cual han ganado para sí la condición de Vanguardia nacional durante 29 años consecutivos, cuatro Banderas Proeza Laboral, y el premio la Giraldilla, otorgado por el Gobierno de la capital como reconocimiento a la calidad, en la gestión empresarial.
Entre las obras más significativas donde la Empresa de Movimiento de Tierras No. 1 –como también se nombra la agrupación- soterrado telefónico de Varadero, titánica recuperación de la conductora Cuenca Sur, tras la devastadora implosión de la kilométrica arteria acuosa, el paso de agua de la fuente de abasto Aguada del Cura, son lo cual la edificación de la Terminal 3, del aeropuerto Internacional José Martí, no hubieses sido posible, y muchas otras.
Ahora mismo, lo más importante que asume el Raúl Roa, es el apoyo a la recuperación tras el paso del tornado que azotara a la capital, el pasado 27 de enero, en la limpieza y saneamiento y el apoyo a la edificación de viviendas y otras instalaciones, fundamentalmente en los municipios Regla y Guanabacoa, pero también en 10 de Octubre, y también las obras que han asumido en saludo al aniversario 500 de la ciudad: el restablecimiento de los jardines del Capitolio y el mantenimiento del vertedero de calle 100, con lo cual alargarán en varios años su vitalidad, algo imprescindible e impostergable.