Con varias jabas cargadas de productos, Zenaida y Eduardo van de regreso a casa. ¿Cómo está la feria?, pregunto, y no dudan en responder: “Muy buena, hay de todo”.
La frase se repite una y otra vez entre los capitalinos que este sábado desandaron por la céntrica calle 13, desde 70 hasta 84, en el municipio de Playa, uno de los cuatro territorios anfitriones de la gran feria de fin de año.

Desde el reparto San Agustín el matrimonio viene cada vez que en esta zona de la ciudad tiene lugar una propuesta así, “bien organizada, con mucha disciplina y variedad”, refieren, sin dejar de lamentarse por la extensa cola para la carne. “Por eso yo madrugué pero la conseguí”, dice la joven Carla, mientras que su abuela Mercedes resalta los precios, “bastante asequibles al pueblo”.
“Debieran montarse más tarimas para así evitar aglomeraciones”, sugiere Daniel Piedra, a su vez complacido “por la gallina y los frijoles colorados que le llevo a mi viejita”.

Muy temprano comenzó la venta, que a juicio de otros entrevistados, como la jubilada Caridad Pozo, “debiera iniciarse desde el mismo momento en que las personas van llegando a las tarimas, para no vernos obligados a una innecesaria espera”.
Basta una ojeada para comprobar la gran presencia de camiones –un total de 177-, cargados de viandas, hortalizas, vegetales y frutas; también hay productos del mar y casi 30 toneladas de cerdo, además de puerquitos enteros. No faltan quienes declararon reeditar las ferias por más días, que las próximas tengan la misma diversidad, “pero que los tomates lleguen en mejor forma”.

Aunque siempre hubo algún que otro vendedor intentando lo contrario, las listas de precios estuvieron bien visibles en tablillas, o escritos con tiza sobre el lateral de los camiones. Al decir de las inspectoras Elsie Guerrero y Maibelis Castro, los concurrentes “tienen en forma su declaración jurada y no hemos encontrado violaciones de precio”.
Mientras cientos de personas hacían sus compras, otros prefirieron degustar las ofertas de los espacios habilitados para las unidades de la gastronomía, todo limpio y adornado con buen gusto. También fue posible disfrutar de las actividades culturales y de animación, que tan entretenidos mantuvieron a numerosas familias con los más pequeños de casa, o llevar las ofertas de los trabajadores por cuenta propia.

La feria en Playa reunió a muchos; quizás no cubrió las expectativas de todos, pues cada quien tiene su propio medidor, pero lo cierto es que para la mayoría trascendió con votos a favor.
Que bueno,!!!!que lástima que yo no estaba ahi,para haber hecho una buena compra de viandas y vegetales.Y creo que hasta gallinas vendieron,y yo loca por hacer un.arroz con..pollo criollo.Que disfruten ,señores,para está comida de fin de año.Felicidades a mis compatriotas!!!!
Efectivamente las ferias agropecuarias y comerciales son de beneficio a la población pero pienso que por lo extensa que es la ciudad de la habana y con el objetivo de evitar los conglomerados de público mas los inescrupulosos que pululan por la ciudad deberiamos hacer estas ferias en todos los municipios el mismo día y no ponerle los precios que estan en la calle dia a dia sino mas baratos, personal para hacer estas ferias una vez al mes hay y creo que productos también, lo único que tenemos que hacer es echarle ganas, ejemplo soy de Centro Habana y tuve que ir a hasta 17 a buscar lo que necesitaba comprar (huevos) donde hice una cola de 2 horas para un carton de huevos, sin contar despues el traslado hasta donde vivo, fue desgastante y como yo pienso que a muchos nos paso lo mismo, tambien aprecie que los precios en este lugar eran los mismos que en los mercados, pienso que ademas se debe socializar mas la realización de estas ferias (que todos necesitamos) por los medios de comunicación.