La Habana es una ciudad con una diversidad morfológica, con muchas edificaciones de valor histórico y monumental, con una especial identidad. Al fundarse en 1519 sólo era una improvisada plaza, una rústica iglesia y unas cuantas chozas para vivir. Luego surgieron las calles de los Oficios y de los Mercaderes y más tarde otras perpendiculares a estas para así iniciar su desarrollo urbanístico.

La historia de La Habana y el desarrollo de su arquitectura están muy vinculados al mar. En 1556 el Rey de España declara a la villa como puerto de escala principal entre la metrópoli y sus posesiones americanas y ordena su fortificación para proteger a la ciudad de los ataques de corsarios y piratas. En el año 1592 alcanza el título de ciudad y en 1692 el de capital del país.

Durante los siglos XVI y XVII se construyeron obras para la defensa a ambos lados del acceso a la bahía y a lo largo del litoral norte. Además una muralla que rodeaba el recinto urbanizado que comenzó a levantarse en 1674 y culminó en 1740.

A finales del siglo XVIII, en el año 1762 las tropas inglesas invaden la ciudad, esta permanece ocupada durante 11 meses hasta que es canjeada por las posesiones españolas en La Florida. Luego de este hecho se construyen nuevas fortalezas: La Cabaña, El Príncipe y Atarés. Sobresalen además los palacios que comienzan a erigirse; es en este siglo que se establece el Barroco Cubano en su arquitectura.

El Castillo del príncipe se construyó en el siglo XVIII Foto: Granma

En el siglo siguiente se encaminó la protección de la ciudad contra una posible invasión norteamericana, debido a esto se levanta el Fuerte No. 1 al este de la Bahía, última fortaleza construida por los españoles en Iberoamérica.

El período que gobierna el general Miguel Tacón (1834-1838) fue de vital importancia para la ciudad. En esta etapa se construyeron paseos, avenidas ornamentadas con fuentes y esculturas, se pavimentaron las calles con un nuevo sistema y se rotularon, se construyó un entre otras obras.

El siglo XIX fue testigo del surgimiento de nuevos barrios. Se construyeron espaciosas villas como en el Cerro con las llamadas casas-quintas al estilo neoclásico que caracteriza la arquitectura de este siglo. Muchas de estas quintas aún existen, aunque algunas han sido remodeladas y otras dejan ver un marcado deterioro por el paso del tiempo y la falta de mantenimiento. En la actualidad comparten su entorno con casas más modestas pero con similar estilo.

Aparece el reparto Las Murallas donde se localizan los principales hoteles, teatros, comercios y oficinas. Esta zona se convierte en el nuevo corazón del poder político y económico debido a sus monumentales edificaciones y sus calles de mayor anchura que le confieren una jerarquía especial.

En la segunda mitad del siglo XIX surgen los barrios El Carmelo, (la zona entre el río Almendares y la calle Paseo y desde el mar hasta la calle 21) y El Vedado. Estos territorios aportaron adelantos urbanísticos a la ciudad. Se dividieron en manzanas de 100x100 m, rodeadas de amplias calles con árboles y cómodas aceras de dos metros de ancho, cada manzana se dividió en 12 solares y era obligatorio reservar cinco metros de jardín y cuatro metros de portal para cada edificación. Se utilizaron manzanas completas para plazas, mercados, iglesias y escuelas.

El máximo esplendor de estos barrios se logró en las décadas del 20 y del 30 con la construcción de numerosos palacetes con un estilo ecléctico. En los años 40 y sobretodo en los 50 se completa su desarrollo con edificios altos para oficinas, hoteles y apartamentos ubicados a lo largo del litoral y en las principales avenidas.

En los años 40 y sobretodo en los 50 se completa su desarrollo con edificios altos para oficinas Foto: Granma

Por otra parte surgen otros barrios más pobres, como Centro Habana, Luyanó y Regla en los cuales se concentraba la población obrera. Se plantea que la arquitectura de esta época constituye una masa homogénea de gran peso en la forma de la ciudad lo que se define mejor en las primeras décadas del pasado siglo.

En la primera mitad de la década del 30 surgen nuevas edificaciones con estilo Art Déco Foto: Granma

En el año 1902 se instaura la República, período en el que se produce una explosión urbana que configura casi todo el territorio de la capital. Se levantan suntuosos edificios que son hoy paradigmas de la arquitectura cubana. Ejemplo de ello son: el Centro Gallego, el Centro Asturiano y el Casino Español todos ubicados en el reparto Las Murallas.

Al finalizar la década del 20 se desarrolla el estilo  Art Déco, el cual coexiste durante dos décadas con las construcciones de tendencia ecléctica. En la primera mitad de la década del 30 surgen nuevas edificaciones con este nuevo estilo.

Ya en los años 40 las nuevas obras se despojan de elementos decorativos, los adornos se simplifican y se concentran sólo en las columnas, las portadas o los balcones. Al llegar la década del 50 ocurre el momento de mayor esplendor de la arquitectura moderna de La Habana en la cual se conjugan los postulados internacionales con la búsqueda en las raíces de nuestra cultura arquitectónica.

Al llegar la década del 50 ocurre el momento de mayor esplendor de la arquitectura moderna de La Habana, y el Hotel Habana Libre unos de sus íconos. Foto: Granma