Por educación y práctica, todavía hay quienes retribuyen con un “gracias” cuando encuentran una mano
salvadora para bajar del ómnibus, reciben el buen trato de un vendedor o simplemente le permiten el paso
en la acera. Mi abuela siempre hablaba de las dos jabas intangibles tan importantes, a llevar fuera de casa.
Dar los buenos días y corresponder con las gracias a un buen servicio. Esas palabras mágicas nunca deben faltar a pesar de la premura y del agobio que tanto abundan por estos días.
¿En cuántas ocasiones ha cedido el asiento a alguien en la guagua y ha faltado el sencillo vocablo? Ese que aprendimos desde pequeños primero, porque los mayores nos lo inculcaron. ¿Qué se dice niña…? Era la pregunta inquisidora que con el tiempo no tendría que ser expresada.
Las buenas maneras y costumbres no pasan de moda y sí nos distinguen donde quiera que estemos. Por eso hacemos empatías, por eso también regresamos a alguna tarima en el mercado, como me ocurre en la zona 6 del reparto de Alamar. No es solo por los precios menos leoninos, sino porque hay una atención personalizada.
El contraste en el día puede hacerla un ¿qué desea? y que te ayuden a seleccionar lo más acorde con tu poder adquisitivo o gusto; acompañado de la asistencia para envasar lo comprado y al final… un gracias de nuestra parte, reciprocado por práctica, educación y contrapuesto a quienes impertérritos, detrás de su tarima, se limitan a decirte el costo del pepino, posiblemente la libra más cara en toda la instalación pero que consideran como un lo tomas o te vas.
Sin embargo, lo que más motivó esta reflexión es que hace pocas horas y en el mismo escenario, oí a mis espaldas las “gracias a usted” que daba otro vendedor a una señora. No pensé en quienes obvian ese proceder, preferí quedarme con la imagen que puede repetirse y marcar diferencias.
Vea también:
Amiga escritora de este comentario, muy buena su reflexión, lástima que hoy en día muchas personas que trabajan para el público, no deberían estar en ese puesto por la forma en que tratan a las personas, ejemplos son muchos y no merecen la pena mencionar en mi comentario, pienso que ya es tiempo, a pesar de los problemas que confrontados, que se tome conciencia en este sentido, el pueblo y muy especial los de a pie (como se dice actualmente) no tienen la culpa
Buen artículo. Efectivamente,cuando se da las gracias, el otro "debe" responder también de nada, gracias a usted, fue un placer. Es tan gratificante que el día si estaba gris se pone color pastel. Gracias por el artículo.