Sucede no pocas veces que una queja publicada en la prensa con implicación de varios organismos o instituciones tiene respuesta inmediata por quien ya solucionó el problema o está en vías de hacerlo. Así ocurre con la carta firmada por William Rojas, contentiva del sentir de los vecinos del edificio sito en la avenida Egido, No. 517, donde confluyen las afectaciones en el abasto de agua potable y una, de dos cisternas, contaminada por el permanente vertimiento de aguas albañales.

En respuesta a lo primero llegó a nuestra redacción el documento rubricado por Osmany Sevila Hernández y Mariyorkis Medina Merencio, director y jefa del Dpto. de Atención al Cliente en la empresa Aguas de La Habana, respectivamente. De la inspección realizada concluyeron que los perjuicios en cuanto al abasto de agua obedecen a las bajas presiones existentes en el sistema de distribución, producto de la sequía. Por eso determinaron “brindarles el servicio en un ciclo de cuatro viajes semanales, mediante carros cisternas”.

Igualmente, le indicaron al promovente que debía dirigirse a la Empresa de Saneamiento Básico (ESB), encargada de solucionar el tema de los albañales.

Desconocemos si William Rojas realizó tal gestión, pues la misiva enviada a esta sección tiene fecha anterior a la respuesta de Aguas de La Habana. Suponemos que las otras instituciones a las que han escrito sí encauzaron el reclamo a la  ESB. Y obviando las especulaciones, lo cierto es que hay un deber
constitucional de atender la queja, e igualmente respondernos. A sabiendas de ello, otros lectores nos
han comentado vía telefónica sobre situaciones similares en sus barrios, aunque solo plasmamos la
comunicación del cerrense Pedro Arturo Menéndez García, escrita con los datos imprescindibles,
como hemos pedido.

La problemática que nos informa es desde otra arista: el desbordamiento de una fosa que ya perdieron la cuenta de cuando comenzó en la calle Cádiz, entre Castillo y Fernandina, en el consejo popular Pilar Atarés. La agravante hace más de un mes radica en que las aguas “negras” se estancan por la acumulación de escombros. Primero fueron los provenientes de una vivienda en reparación luego de un incendio. Con el transcurso de los días se sumaron todo tipo de desechos arrojados por “personas indolentes”.

Pedro Arturo hace un llamado al cumplimiento de la responsabilidad ciudadana y a la institucional.

Vea también:

Respuesta en espera