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De Carlos H. Medina Díaz, residente en calle Santa Clara, entre Cervantes y Estrella, consejo popular de Callejas, municipio de Arroyo Naranjo, llegó el correo a nuestra redacción: “Estoy muy de acuerdo con todas las medidas para frenar y eliminar la COVID-19, todas, pero tengo una preocupación: en la parada de Acosta y Agustina, La Víbora, municipio de Diez de Octubre, siempre hay problemas con los inspectores de transporte, (…). El día 8 de julio estaban en la misma parada un inspector y un joven del Destacamento Jóvenes por la Vida, todo el tiempo conversando y los vehículos estatales pasando sin que ellos le solicitaran que se detuvieran y recoger al menos a un pasajero.

“Sobre las 7:20 a.m. llegó un P3 y nos montamos un grupo que ya estábamos muy atrasados para llegar a nuestro destino. (…), apareció una joven, se paró delante del P3 y le dijo al inspector que no dejara seguir al ómnibus. Comenzaron los reclamos de la población y la joven llamó al carro 542 de la patrulla, los tripulantes llegaron y obligaron a bajar a varios viajeros”.

Evidentemente habían subido al ómnibus, más pasajeros que lo establecido para la fase pos COVID-19, en la cual nos encontramos.

“Me le acerqué y le pregunté por qué los inspectores estaban conversando y no paraban a los choferes estatales que circulaban con los carros vacíos. Me dijo que no tenían que hacer eso, solo estaban para controlar que los ómnibus no circularan llenos”.

Tal vez, Medina Díaz, desconoce que esta obligatoriedad de recoger personas en las paradas, se reinicia a partir de la segunda fase.

Concluye la misiva: “Desearía sugerir, se publiquen en los medios provinciales algún teléfono y correo electrónico del Consejo de Defensa Provincial a donde dirigir nuestras quejas y denuncias al momento de ocurrir los hechos y así aliviar a los medios de prensa de esas responsabilidades”.